martes, 27 de enero de 2009

Sesión 24-01-09

ANTERIORMENTE, EN NEVERFIELD...
Danny Dalton: Vale. Ahora el Libro es un libro y las Sombras... Se han ido.
Profesor Vanister (NE) ¿Y si han ido a otros Springfield?
Leonard Powell: ¿Y si han ido…? (mira Danny) ¿Y si han ido al nuestro?

ATRAPADOS EN UNA ODISEA DIMENSIONAL…
Riley Finn (ND): Estáis cometiendo un error… Trabajo para el gobierno de los Estados Unidos.
Leonard Powell: Si, claro. Y ahora me dirás que trabajas para una unidad militar especial que tiene un complejo subterráneo oculto bajo este pueblo de mierda.
Riley Finn (ND): ¿Cómo…? (sorprendido) ¿Conoces "La Iniciativa"?

UN VIAJE A TRAVÉS DE REALIDADES ALTERNATIVAS...
Profesor Vanister (NE): Ahora buscamos a Goodwin Steele, un abogado de Wolfram & Hart.
Leonard Powell: Bueno, más bien son "abogados del Diablo"… en el sentido más literal de la expresión. Y buscar al tal Steele era nuestra misión… al menos hasta que un cabrón secuestró a nuestros colegas… Danny Dalton y Ben Braddock.

TODOS BUSCAN EL CAMINO DE VUELTA A CASA...
Danny Dalton: Un momento… ¿me está diciendo que tiene en su poder al tal Goodwin Steele?
Devon Powell (ND): Más que eso, señor Dalton. Lo que le estoy diciendo es que no sólo tengo aquello que Wolfram y Hart le han pedido que busque… Sino que además sé como destruir ese Libro.

PERO NO TODOS VIVIRÁN PARA ENCONTRARLO.
Leonard Powell: ¿Profesor Vanister?
Rupert Giles (ND): Creo que me confunde, joven. Mi nombre es Rupert. Rupert Giles.

Episodio 2x15.- NEVERDALE (Parte 4)

Esta historia tiene tantas versiones como mundos posibles existen…
Casi todas comienzan en Manhattan, hace unos ocho años.
En un ático cercano a Central Park, acordonado por la policía…
Casi todas comienzan con un niño de apenas ocho años al que, bajo una noche de lluvia, truenos y sangre, se le acerca un hombre enfundado en un traje gris.
En algunos mundos, ese hombre es un agente del FBI.
En otros, el hombre que muestra su acreditación al asustado crío es algo más.
En éste, es un miembro de una organización secreta gubernamental conocida como "La Iniciativa".

¿Billy?Su voz es ronca y profunda como el abismo.- ¿Billy Baxton?

No puede responder igual que no puede dejar de llorar y temblar. Acaba de clavar una estaca en el corazón de su propio padre. Es el primer monstruo al que ha dado muerte. En lo más profundo de su ser sabe que no será el último.

- Billy, fui amigo de tu padre...Aun de pié, el individuo tiende su mano enguantada. Es algo más que un gesto de ayuda. Es la promesa de una nueva vida. De aceptar un nuevo destino.

Billy alza la mirada, empapada por las lágrimas y la lluvia… y contempla el rostro de su salvador.

- Me llamo Morgan, Billy. Morgan Kyle. Y he venido a ayudarte.

Ocho años después.
Sede de Wolfram & Hart, Los Ángeles.
Subnivel 3

Sus gritos y gruñidos resuenan con eco en la pequeña estancia. Antiguamente debió ser algún cuarto de calderas. Los muros, sucios y desnudos, están siempre marcados por humedad. La única luz, una bombilla triste y parpadeante, pende sobre la silla con refuerzos donde reposa el prisionero. No pasa de los veinte aunque su forma física es la de alguien que lleva años preparándose. Quizá un atleta. O un soldado. Quizá ambas cosas. Mientras asegura sus correas, Rosco piensa que todos los humanos parecen viejos cuando se les sienta en esa silla. La jodida silla.

- S´JKHSDFJ´KLGF – Y dicho esto, Gustav mira Rosco.

Éste, a modo de respuesta, se encoje de hombros.

- ¿Y yo qué coño sé, Gustav? – Rosco vuelve a mirar el monitor que acaba de encender Knox, el ayudante de laboratorio asignado al interrogatorio.

Gustav es un demonio F´yral. Los jefes le han dado una apariencia humana para no llamar demasiado la atención. Pese a todo, su pelo largo albino, sus ojos rojizos y el traje de dos mil dólares que lleva le dan un aire siniestro. Sin duda, Gustav tiene colegas en el inframundo que le buscaron un hueco aquí. Rosco, en cambio, es un vampiro: tenía un primo que trabajaba en Los Ángeles y fue él quien lo sacó de Sunnydale hace un par de años.

- Joder, ¿qué coño ha sido eso?

Knox, aun con el bolígrafo entre los dientes, mira a Rosco sin dejar de ajustar los controles del escáner psíquico.

- ¿Qué pasa, Rosco?
- Por un momento salió algo en la pantalla. Un tipo ayudando a un crío asustado o algo así...
- Ah, probablemente sea algún recuerdo lejano. Suelen aparecer cuando el sujeto está bajo estrés... Veamos… - Colocándose las gafas de lectura, Knox examina la ficha del sujeto. – Vaya. Un agente de "La Iniciativa". – Lo mira – Cada vez los reclutan más jóvenes…
- ¿La Iniciativa?
- Es una especie de rama del ejército, Rosco. Tiene una sede en Sunnydale y se dedican a llevar a cabo cacerías y experimentos con HST. Demonios, hombres lobo... y por supuesto, vampiros.
- Joder... ¿Y dices que trabajan en Sunnydale? Menos mal que hice caso a mi cuñado y me vine a Los Ángeles.
- AKJHA´LDHASLKJ´DH
- ¿Podrías traducírmelo, Rosco? Me temo que mi dominio de la lengua F´yarl no es muy bueno.
- Gustav dice que los vampiros ya teníamos bastantes problemas en Sunnydale con "La Cazadora".
- "La Cazadora"... Bueno, por lo que parece los chicos de "La Iniciativa" tienen instrucciones de no cruzarse en su camino. No me extrañaría que la catalogasen como un HST más...
- JHKL´JHKLJÑSAKDH`DJKHA
- Gustav dice que ha oído por ahí rumores sobre ella. Dicen que no es del todo humana...
- Bueno, no sé lo que dirán de "La Cazadora"... – Knox termina de conectar unos cables al monitor.- Pero nuestro amigo es humano al 100% Lo que quiere decir que este procedimiento posiblemente tenga secuelas en su capacidad cognoscitiva.
- ¿HJG´AJKGHKJG´HASJ?
- El señor Knox quiere decir que lo volverá idiota, Gustav.
- Bien... – Knox se coloca unos auriculares y comienza a tomar notas. Mueve una redecilla y el chico comienza a sacudirse como un pelele cargado de electricidad. - Procedamos...

Rosco y Gustav fijan sus inhumanos ojos en la pantalla del monitor. Knox garabatea y escribe a toda velocidad en su cuaderno de notas. En la imagen, dejando atrás la niebla y el ruido, se puede ver una especie de despacho. Está mal iluminado y carece de cualquier comodidad. Las paredes son grises y lucen la sobriedad de una instalación militar. El hombre que mira a través del ventanal luce uniforme de camuflaje. Un afroamericano de unos cincuenta años, robusto y con la cabeza afeitada.

- Que me cuelguen... – Knox está a punto de cagarse en los pantalones.
- ¿Qué pasa?
- Es Morgan Kyle. El comandante Kyle en persona... Y eso. Si, no hay duda... Debe ser una de las dependencias de La Iniciativa.
- ¿Cómo estas tan seguro, Knox?
- No siempre trabajé para Wolfram & Hart, Rosco. Morgan Kyle... Joder. No ha cambiado nada. Por lo que hablan, parece que envía a este chico y a su compañero… - Knox hace una anotación rápida – Un tal… Sam Wayne… Les ha encomendado una misión.

Knox permanece en silencio mientras Gustav y Rosco deben asistir a las imágenes de la pantalla, mudas y con una deplorable definición.

- Espera... – Knox se ajusta los auriculares y escucha atentamente.- Parece que en "La Iniciativa" están cagados de miedo con lo de Goodwin Steele.
- Entonces ¿fueron ellos los que secuestraron al señor Steele?
- KHKJLJKH`SASS
- ¿Qué ha dicho?
- Gustav trabajó para el señor Steele un par de veces. Era un consultor, señor Knox. De los gordos.
- Joder... – Knox deja escapar un silbido – Pues acaban de confirmar que si. Que fue "La Iniciativa" la que… ¡Vaya!

La imagen parpadea y se pierde unos instantes.

- ¿Qué es lo que pasa, señor Knox?
- No sé lo que les acaba de ordenar el comandante Kyle… - Knox forcejea con los cables: la imagen sigue siendo pura y dura estática.- … Sea lo que sea lo que les ordenase, a éste tío parece haberle creado un conflicto moral que interfiere con las ondas psíquicas...
- Espere, señor Knox... ¡Parece que ya se ve algo!

Los ajustes de Knox en los controles hacen que el tipo grite bajo la mordaza. Pero por lo menos, la imagen vuelve a la pantalla. Y esta vez el escenario es distinto. Es un despacho, completamente distinto al anterior. Éste se encuentra decorado con sumo gusto y costosa elegancia. Muebles de madera noble, valiosos cuadros en las paredes...

- Vale. Esa lujosa mansión ya no es "La Iniciativa". Y ese... – Knox se queda pálido. Más pálido de lo que ya es- Joder...
- ¿Quién es? – Rosco señala al tipo viejo, enfundado en un batín burdeos como si fuese la versión siniestra de Hugh Hefner.
- Es Devon Powell. Era un ex – vigilante hasta que el Consejo lo expulsó. He leído sobre él en los archivos. Pero nadie tenía ni idea de donde estab... Espera. – Knox guarda silencio súbito: el audio parece haber vuelto a los auriculares – Están hablando...

En pantalla, siempre a través de los ojos del recuerdo del tipo postrado en la silla, el escáner muestra a dos hombres más en la estancia. Uno ya apareció en el recuerdo anterior. Es el compañero del prisionero, el tal Sam Wayne. Viste el mismo uniforme militar, con todo el aspecto de un marine: joven y cabreado. El otro, sin embargo…

- ¡¡GHAIL´HDASKJH!!
- Tranquilo, Gustav... – Rosco tiene que retener el entusiasmo de su colega.
- ¿Qué pasa? – Knox mira al F´yral con cierto temor...
- ¡G´HFHJGFDL´GHAIL´A!
- Gustav dice que conoce a ese otro tío. El chaval de pelo castaño y vendaje en el pecho...
- ¡YUTGJHGFF!
- Dice que es uno de los que aparecieron en esa tanqueta que arrasó la planta cuarta.
- Tiene sentido... – Knox vuelve a mirar la pantalla. – Por lo que me han dicho, se llama Danny Dalton y el bufete los envió a él y a sus amigos a Sunnydale.
- Espera, sí... – Rosco hace memoria.- Pero ¿no habían muerto en una emboscada?
- No... – Knox ajusta los niveles de rastreo psíquico.- Esos fueron los refuerzos que enviaron. Lo último que supimos de ellos fue que alguien los había emboscado...
- Y parece que fueron los de esa "Iniciativa", ¿no?
- Si, pero...

La imagen se llena de niebla de nuevo. Knox maldice entre dientes mientras el prisionero se revuelve en la silla, entre gruñidos que, sin la mordaza, serían gritos de intenso dolor.

- Se resiste... – Knox aprieta varios botones y gira la redecilla de intensidad, del 1 al 3. – Esto te va a doler más, amigo...
- KHK´LJHS...
- Totalmente de acuerdo, Gustav... – Rosco da un trago a su petaca y saborea un poco de sangre.- Esto va para largo...
- Espera… Creo que ya... – pulsando un par de botones, Knox consigue que la imagen del monitor parpadee.- Si, ¡ya lo tengo!

En pantalla, la escena ha cambiado radicalmente. Como si el presupuesto de sus recuerdos hubiese aumentado, la siguiente escena transcurre en un exterior. Es de noche y aparenta ser los alrededores de alguna nave industrial abandonada. Las llamas de un Cadillac ardiendo dejan ver como un pequeño utilitario abandona el recinto. Una vez el coche se aleja lo suficiente, el Hummer en el que viaja el prisionero comienza a moverse, saliendo de su escondrijo.

- Joder, se ve de puta pena... ¿No puede mejorar la imagen, señor Knox?
- Es de noche, Rosco. Y no es un DVD... Son recuerdos. No le pidas más... – Knox se ajusta los auriculares.- Parece que su compañero y él han ido a capturar al resto de los amigos de Danny Dalton... Y se han topado con la Cazadora.
- ¿Y qué más?
- Pues poco más... Al parecer los colegas del tal Danny Dalton tampoco han querido tener mucho trato con ella. Imagino que los socios les habrán avisado con respecto a evitar a "La Cazadora".
- HJ´KHLKKHKL´JHSH...
- Dice Gustav que conoce a esos dos... El cuarentón con cara de rata de biblioteca y el chaval rubio.
- Según mis informes son los compañeros de Danny Dalton, el profesor Marcus Vanister y Leonard Powell. A quien no conozco... Joder.
- ¡Ey! ¡Pare la imagen, señor Knox!
- ¡No puedo...!
- ¡AJKHLKAJHSD!
- Ya puedes decirlo, Gustav... Está buenísima.

El prisionero y su compañero de "La Iniciativa" salen de la nave industrial llevando en brazos a una joven. El punto de vista en primera persona ayuda a tener una buena perspectiva de los encantos de la chica. Morena, pelo lacio, una cazadora vaquera que deja ver una más que generosa camiseta de tirantes bajo la misma… Un segundo vehículo de "La Iniciativa" no tarda en hacer acto de presencia.

- ¿A dónde se la llevan, señor Knox?
- Si las cosas siguen igual que cuando trabajaba para ellos, Rosco… Es una reubicación. Seguramente esa chica haya sido testigo de la operación. La dejarán en su casa con bastante droga de amnesia en la sangre como para despertar al día siguiente sin recordar nada… – Knox sonríe socarronamente a Rosco.- No te preocupes: tus colegas chupasangres de Sunnydale podrán hincarle el diente cualquier otro día.
- ¿KJHKJHLKJASL´GHAL?
- La verdad es que tienes razón, Gustav… - Rosco señala a Leonard, Danny y el profesor, que suben a bordo del Hummer de "La Iniciativa" - ¿Y qué les harán a ellos?
- Pues según mi informe… - Knox repasa las notas que le han sido entregadas minutos antes de iniciar el interrogatorio.- Dalton, Powell y el profesor Vanister aseguran haber escapado de "La Iniciativa". Imagino que escaparían antes de que los llevarán a las instalaciones subterráneas y…
- Pues no, señor Knox. – Rosco, que no ha dejado de mirar la pantalla, señala el monitor.- Mire…

La escena que muestra el escáner es la del peculiar grupo sentados alrededor del mismo escritorio tras el que, minutos antes, Devon Powell daba instrucciones a Sam Wayne y al propio prisionero. A éstos se les ha unido ahora el trío de involuntarios agentes de Wolfram & Hart. Sobre el escritorio reposan planos, diseños…

- Espera un momento… - un escalofrío sube por la espina dorsal de Knox. Se coloca los auriculares, ajustando al máximo el sonido.
- Esos planos… Señor Knox, ¿son lo que…?
- Si, Rosco… Son los planos de este edificio.

El silencio se apodera de la sala. Ni siquiera Gustav se atreve a romperlo con uno de sus gruñidos. Los ojos de Knox se van abriendo poco a poco a medida que escucha las palabras que intercambian unos y otros. Rosco y Gustav no pueden oír lo que hablan pero tampoco es que lo necesiten. Todo queda bien claro cuando Leonard Powell y su padre en esta dimensión se dan un honesto apretón de manos.

- Joder… JODER… ¡¡¡¡JODER!!! - Knox se arranca de raíz los auriculares y deja caer la silla estrepitosamente, abalanzándose sobre el teléfono como quien se aferra al saliente de un acantilado. – ¡¡Póngame con la señora Kauffmann!! ¡¡Es urgente!! – Hay unos segundos de excusas y secretarias - ¡Ya sé que está reunida! ¡Pero es importante! ¿¡NO LO ENTIENDE!? ¡UNA TRAMPA, JODER! ¡¡¡UNA TRAMPA!!!

Sala de Juntas Nº2
Octava Planta del Edificio de Wolfram & Hart, Los Ángeles.
Treinta y tres segundos después.

- Así que consiguieron escapar de "La Iniciativa" y llevarse consigo a… - Kauffmann se ajusta sus gafas de lectura y da un vistazo a sus propias anotaciones.- ¿William Whitehouse?

Danny Dalton, Leonard Powell y el profesor Vanister asienten en silencio. Enfundados en sus elegantes trajes intentan mantener a raya su nerviosismo. Mientras, el doctor Casey y una hermosa enfermera rubia preparan las dosis de suero. El suero que impide que, como vagabundos dimensionales que son, exploten debido a la presión entre realidades paralelas.

- Mmmm… - El gesto de morder la patilla de las gafas es algo muy humano. Kauffmann lo suele hacer para dar esa sensación a sus interlocutores. "Sensación de humanidad" la llama. – Si es cierto que el señor Whitehouse sabe donde está Goodwin Steele, nuestro departamento de interrogatorio psíquico nos dará pronto una respuesta…
- No es por ofender… - Danny no puede evitar mirar el reloj y después al doctor Casey.- Pero, ¿no podría darse prisa con eso?
- Antes me gustaría saber qué ha sido del señor Braddock…
- Braddock… - A todos les ha pillado por sorpresa. Pero sólo a Leonard se le da tan bien improvisar mentiras. – Claro, Ben…

Es entonces cuando suena el teléfono. Por un segundo casi parece que Kauffmann esté más interesada en escuchar una respuesta que en contestar al aparato.
Por desgracia para ellos, sólo lo parece.

- Kauffmann… - La directiva permanece a la escucha y asiente.- Bien, páseme con él.

Leonard no aparta la mirada de la mujer. O lo que sea en realidad. Mientras habla por teléfono, tiene el mismo aspecto que aquella agente del FBI a la que conocieron en ese mundo paralelo que parecía el gemelo del suyo. Aquel en el que murió Fred. Por alguna razón, Leonard pensó que bastaba ese motivo para arriesgar sus vidas en ese plan. Las suyas o la del Billy Whitehouse de este universo. Pero su padre en este mundo parecía no ser tan bastardo como en otros. Incluso había convencido a Danny de que conocía una forma para destruir el Libro de las Sombras. Pero para recuperarlo había que engañar a Wolfram y Hart.

Sólo necesitaban que Billy aguantase diez minutos las torturas a las que les sometiesen esos abogados del Diablo.

Diez minutos y tendrían un comando de "La Iniciativa" asaltando el edificio y dándoles la distracción que necesitaban.

- Señor Powell… - el susurro del profesor Vanister sacó a Leonard de sus pensamientos.- Su nariz…

Leonard palpó con sus dedos la sangre que había comenzado a manar de sus orificios nasales. Y acto seguido, miró el reloj. Cinco minutos. Sólo cinco minutos más, la dosis de suero y…

Entonces, Sarah Kauffmann colgó el teléfono. Suspiró y, con una mirada, hizo hervir el suero contenido en aquellos viales… hasta hacerlos estallar.

- Me temo que han cometido un tremendo error, caballeros… - Sarah se incorporó al tiempo que todos se ponían en pie, dispuestos a morir.- El último que cometerán en sus vidas.

CONTINUARÁ…

2 comentarios:

Unknown dijo...

Señoras y señores, en la siguiente partida, Leonard sera mas leonard el imprudente que nunca...avisado estais. Que los dados me acompañen

Darrell dijo...

espectacular el resumen, simplemente espectacular....