martes, 23 de junio de 2009

Sesión 20-06-09 (Parte 2 de 2)

ANTERIORMENTE, EN NEVERFIELD...
Marcus Vanister: Creo que nuestra prioridad es reparar la "Alfombra Mágica" y regresar a nuestro mundo, procurando no alterar aún más el curso de los acontecimientos de esta realidad paralela…

ARROJADOS A UNA ODISEA ENTRE DIMENSIONES ALTERNATIVAS…
Profesor Vanister (NE): Es la tanqueta. Lo que ha construido tu padre no es una máquina de salto dimensional. Es una máquina de guerra.

ENGAÑADOS POR EL LIBRO DE LAS SOMBRAS…
Marcus Vanister (WF): Está vivo, señor Dalton. El Libro de las Sombras es un ente extraordinariamente poderoso.
***
Libro de las Sombras (en Ben Braddock): SOMOS UNO. SOMOS MUCHOS… ¡¡SOMOS LIBRES!!

CAPTURADOS POR WOLFRAM & HART…
Gavin Park (ND): Si, Roth, muchacho. Ahora yo soy el jefe de equipo. La señora Kauffmann acaba de ascenderme… (sonríe) ¿no te lo había dicho?

CONDENADOS A ENMENDAR SUS PROPIOS ERRORES…

Gavin Park (ND): Mira, Roth… (se acerca a él) Los dos sabemos que en Wolfram y Hart hay muchos intereses enfrentados. Y estoy seguro de que los dos tenemos nuestros propios intereses.

… O A MORIR EN EL INTENTO.
Gavin Park (ND): Vanister y Roth… Señora Kauffmann, creo que trabajan para alguien de dentro de Wolfram y Hart.

Episodio 3x10.-
VLADIMIR KAMINSKI contra WOLFRAM & HART

Hospital Saint Betheleem. Los Ángeles.
5.22 AM.

Gavin Park (ND): Agente Pierce, del departamento de Homicidios.

Bajo las luces de las ambulancias y el trasiego habitual de una madrugada de sábado en urgencias; las credenciales psíquicas de Wolfram y Hart hicieron su trabajo y los enfermeros asintieron y dejaron pasar al agente Pierce.

Supervisor de Urgencias (ND): Ah, si. El vagabundo… Alguien lo dejó en Urgencias. Tenía una hemorragia bastante fea. Parece que ya lo han subido a planta. Habitación 302.
Gavin Park (ND): ¿Se sabe algo de quien lo trajo?
Supervisor de Urgencias (ND): No, señor. Pero es lo habitual, ¿sabe? Tenemos casos como ese todos los fines de semana…
Gavin Park (ND): Ya me imagino… Muchas gracias.

Pero no. Aquel tipo de perilla y pendiente en la oreja no tenía ni idea. No podía imaginar que el sin techo al que habían atendido era un psíquico, un precognitor capaz de ver el futuro. Había trabajado para Wolfram y Hart, concretamente para Sarah Kauffmann. Y había visto algo relacionado con aquellos viajeros dimensionales que, hacía ya tres meses, habían aparcado su tanqueta en la planta cuarta del bufete.

El psíquico, Vladimir Kaminski, había escapado de unas instalaciones de W&H. El azar quiso ponerlo en el camino de Gavin. Una magnífica forma de arreglar las cosas con Sarah Kauffmann tras el chasco de Gideon Grant. ¿Y que hace Gavin? Deja al bueno de Vladimir en manos de quien encabeza la lista negra de Wolfram y Hart: el vampiro con alma. El jodido Ángel.

Claro que quedaban menos de tres horas para que amaneciese. Con un poco de suerte, el chupasangres se habría retirado a su refugio y…

Ángel (ND): Voy con él.

Gavin escucha su voz y se detiene. Está ahí, junto al mostrador de enfermeras. Ángel lo saluda esbozando lo que para un vampiro eternamente melancólico debe ser lo más parecido a una sonrisa. Gavin suspira y asiente, resignado: “dejemos que crea que tiene las de ganar. Cuando llegue el comando de asalto de Wolfram y Hart, ya veremos si le quedan ganas de sonreir…”

Gavin Park (ND): Vaya. No pensaba encontrarte por aquí…
Ángel (ND): ¿Y dejarlo sólo, en manos de Wolfram y Hart?
Gavin Park (ND): Eh, ¿Quién crees que va a pagar las facturas del hospital?
Ángel (ND): ¿No has visto el informe médico? Tiene el cerebro como un colador. ¿Vas a decirme que no sabes nada de eso?
Gavin Park (ND): Ya te lo dije antes… Trabajo para Wolfram y Hart, sí. Pero es solo una tapadera, ¿vale? Ayudo a unas personas, a los…
Ángel (ND): A esos “viajeros” de los que hablaba el vagabundo, ¿no?
Gavin Park (ND): Exacto… (el ascensor se abre, dejándoles en la planta quinta) Aquí estamos, Ángel, muchacho…

Un amable policía deja de flirtear con la jefa de enfermeras y, diligentemente, guía a los dos supuestos detectives de homicidios hasta la habitación del paciente.

Policía 1 (ND): Creo que está dormido todavía. Pero si quieren iniciar el traslado…
Gavin Park (ND): Si, cuanto antes lo… (se queda petrificado) Mierda.
Ángel (ND), (también lo ha visto): Oh, no…

El policía aun no ha terminado de girar el pomo cuando Ángel y Gavin se percatan del haz de luz verdosa que ha parpadeado por un segundo, filtrándose bajo la puerta. Hay alguien dentro de la habitación con Vladimir. Y ellos saben quien es.

Ángel (ND): ¡A un lado!
Policía 1 (ND): Pero, ¿qué…?

Gavin saca su pistola mientras contempla como Ángel propina una potente patada contra la puerta. No sólo la saca de sus goznes sino que sale disparada como un proyectil plano, atravesando la estancia de lado a lado y destrozando el ventanal justo antes de caer al vacío.

Las sospechas se confirman cuando, en la penumbra de la estancia, el brillo jade que rodea a la joven oriental se convierte en la única fuente de luz. Junto a ella, otro individuo. Este no es tan corpulento como el gigantesco vagabundo que los atacó en el callejón… pero es sin duda más inquietante. Luce una cazadora de cuero, similar a la de los aviadores de la Segunda Guerra Mundial. Su rostro y sus manos permanecen ocultos bajo unos sucios vendajes.


Y en sus manos dos pistolas de nueve milímetros aparecen de la nada.

Con una desquiciada risotada, el misterioso sujeto cubre de balas la estancia, dejando a la joven una oportunidad de oro para tratar de llevarse consigo a Vladimir.

Uno de los proyectiles alcanza a Gavin en el brazo. Al menos tres muerden la carne muerta de Ángel. Lo único que consigue es enfurecerle. Cuando Gavin lo ve incorporarse, siente un escalofrío. Ha visto muchos vampiros. Pero en el rostro demoníaco de Ángel se pueden intuir las atrocidades que hizo cuando respondía por su otro nombre…

Ángel (ND): Espero que sepas volar… ¡Te hará falta!

Antes de que ese cruce de momia y pistolero pueda siquiera encañonarlo con su pareja de pistolas, Ángel lanza una patada aérea que se hunde en el pecho de su oponente. Lo desestabiliza lo suficiente como para que se precipite al vacío, a través del mismo hueco que dejó la puerta. Ángel ve como el cuerpo rompe la cristalera superior del atrio del hospital. No han transcurrido ni dos segundos cuando se escucha una pavorosa explosión que sacude los cimientos del hospital. Los gritos y la confusión se adueñan del lugar, dejando claro que ha llegado la hora de salir de ahí.

Ángel (ND): Es hora de salir de aquí (coge en brazos al inconsciente vagabundo) Esto ya no es seguro…
Gavin Park (ND): ¿Y a donde vas a llevarlo? ¡Esa cabroncilla de ojos rasgados puede volver a teleportarse en cualquier momento!
Ángel (ND): Créeme… Donde voy yo no podrá seguirme.
Gavin Park (ND): Espera, joder. Estoy herido…

Ángel se detiene por un instante y lo mira. La herida del hombro de Park no parece gran cosa. Sobrevivirá. Pero eso no es lo importante. Lo que realmente importa es que asegura estar haciendo el doble juego a Wolfram y Hart. ¿Y si fuera cierto? ¿Sería esto una oportunidad para conseguir un aliado dentro del bufete?

Ángel (ND): Maldita sea… (suspira y entrega una tarjeta de Investigaciones Ángel a Gavin) Cuando Wesley se entere… Va a volverse loco.

“Investigaciones Ángel”. Suburbios de la Zona Oeste.
5.59 AM


Wesley Wyndam-Pryce (ND): ¿Estas completamente loco? (baja la voz y lleva a Ángel aparte) ¡Has traído a un agente de Wolfram y Hart a la oficina!
Ángel (ND): Tranquílizate, Wes… Bajaré a ver como sigue nuestro invitado.
Wesley Wyndam-Pryce (ND): ¡Espera! ¿Vas a dejarme aquí con…? (Ángel baja las escaleras) Sí, vas a dejarme a solas con él.

Gavin ve desaparecer a Ángel escaleras abajo, quedándose con el tal “Wesley”. Tiene todo el aspecto de un bibliotecario. Y parece igual de peligroso. Gavin pasea la vista por el lamentable inmueble. De acuerdo: Ángel es un vampiro con más de dos siglos de experiencia. Pero ¿ese sitio? ¿Un tugurio que no vale ni el dinero de su demolición? ¿Y se supone que esta panda de perdedores es un peligro potencial para Wolfram y Hart? Fuese como fuese, a Sarah Kauffmann casi le da un infarto (o lo que sea que padecen las criaturas infernales) cuando se enteró de quien tenía en su poder a su vidente particular. Ahora era cosa de Gavin el sacarlo de ahí. Para ello había dos opciones. Y descartando el enfrentamiento directo con Ángel, solo quedaba una vía. La negociación.

A varios metros por debajo de sus pies, mientras Gavin daba vueltas a los argumentos que utilizaría para convencerlo; Ángel se adentró en la penumbra de su recámara. Bajo la titilante luz de las velas, Vladimir Kaminski se revolvía como un enfermo atormentado por visiones febriles.

Vladimir Kaminski (ND): Ah… Iusted…
Ángel (ND): Debería descansar. Esos cerdos de Wolfram y Hart le han…
Vladimir Kaminski (ND): Da, da… Ellos siacarme tioda la información con sus artilugios… (se señala la cabeza) Siolo piequeñas piezas sin sentido aquí, en mi quiabesa

Es entonces cuando Kaminski comienza a relatar su historia. La historia del tercer hijo de un humilde matrimonio afincado en Vladivostok, Rusia. Le cuenta sobre las visiones del futuro que desde muy joven le privaban del sueño de los justos; y de cómo unos ricos hombres de negocios americanos llegaron un día, asegurándole el porvenir de su familia si aceptaba viajar con ellos, poniendo su don a su servicio.

Durante casi diez minutos, Kaminski llora al recordar las cosas que el bufete infernal le forzó a ver en el futuro. Finalmente, parece que logra reunir fuerzas para continuar…

Vladimir Kaminski (ND): Wiolfram y Hart cumplir su pialabra… Pero hace tries mieses, algo cambió. Lliegaron unas piersonas… de un liugar más allá de nuestro mundo…
Ángel (ND): ¿Los viajeros?
Vladimir Kaminski (ND): Da, da… Los viajeros. Mi supervisiora, Siarah Kauffmann, me encargó vier el fiuturo de ellos… Y cuando lo hice… me envió a ese liugar… ese laboratorio…
Ángel (ND): ¿Qué vio en el futuro... sobre esos viajeros?

La mirada de Kaminski, inyectada en sangre a causa de las hemorragias, muestra una mezcla de terror y decepción.

Vladimir Kaminski (ND): Sieñor Angel… Sé que me quieda poco tiempo y… De donde io vengo, se dice que quien no muere dionde nació, vivirá eternamente pierdido…

Antes de que pronuncie las palabras, Ángel ya sabe cual va a ser la petición de Kaminski. Y de antemano, sabe que piensa cumplirla.

A fin de cuentas, es el último deseo de un moribundo.


Despacho Privado de Maikah King, Nave Industrial 2.
Campo de Extracción Petrolífera “Pinewood”.
Afueras de Los Ángeles.
6:30 AM


Maikah King (ND): ¿Y para esta mierda tenías tanta prisa?

Con un firme tirón, Maikah arranca el pliego de impresora y se lo tiende a Gavin, que permanece recostado cómodamente en el sofá del despacho. A través de las cristaleras, a vista de pájaro, se puede ver cómo una pequeña tropa de limpiadoras, en su mayoría hispanas, limpia laboriosamente los vestigios de la “rave sangrienta” de esa noche.

Gavin Park (ND): Sabía que no sería nada para ti, Maikah, muchacho… Para ser el mejor organizador de fiestas privadas para vampiros con pasta, sigues siendo un hacker de la hostia.
Maikah King (ND): En serio, Park… ¿Para que quieres los planos de un viejo edificio de los suburbios?

Gavin no contestó y mantuvo la vista en aquel pliego de impresora: en él se podía ver hasta el más mínimo detalle de la estructura del edificio en el que se encontraba “Investigaciones Ángel”. Incluidos los “retoques” que el vampiro con alma había realizado en las alcantarillas. El mismo chupasangres estirado que lo había puesto de patitas en la calle hacía menos de una hora. Sin más explicaciones. “Ahora Kaminski está bajo mi protección.” Y punto. Ni negociación ni nada de nada. Así que Ángel quería jugar duro, ¿eh? Pues genial. Gavin esperaría a que fuese de día y luego… bueno, los detalles ya los arreglaría luego. Por el momento le bastaba encontrar una vía de acceder al cubil de Ángel. Y parecía que la clave estaba en las alcantarillas.

Maikah King (ND): Bueno, colega… Si no se te ofrece nada más…
Gavin Park (ND): En realidad, sí. Hay otra cosa… (tendiéndole una tarjeta con un número de serie escrito al dorso) Quiero que accedas a este servidor.
Maikah King (ND): Esto es un servidor de Wolfram y Hart… No, ni de coña. No muerdas la mano que te da de comer, colega…
Gavin Park (ND): Vamos, Maikah, muchacho… ¿Olvidas quien te dió los contactos para que montases tu chiringuito para chupasangres con pasta?

En el fondo, bajo las ropas de chico malo y las rastas a lo “perro salvaje”, Maikah seguía siendo el mismo “nerd” hacker al que Park había salvado el pellejo un par de años atrás. Aun tenía ese sentido del honor que a Park tanto le gustaba explotar.

Maikah (ND): Mierda… (agarrando su portátil) Pero esto salda mi deuda, ¿vale?
Gavin Park (ND): Maikah, muchacho… (sonríe) Deuda saldada.

No pasan ni cinco minutos cuando Maikah termina su trabajo. Mientras asimila los datos que el joven hacker le ha dado, Park se despide mecánicamente de él y abandona la nave industrial, completamente enfrascado en sus pensamientos. No puede dejar de darle vueltas. El archivo de información personal sobre James Roth tenía tres sellos de seguridad. Hasta ahí nada que no supiese ya el propio Park.

Sin embargo, lo más interesante es que los dos primeros habían sido dispuestos por Sarah Kauffmann… mientras que el tercero, un sello invisible para los demás usuarios internos del bufete, había sido puesto recientemente por otra persona.
Por Holland Manners.


Park lo había dicho pensando que era una pista falsa. Y al final iba a resultar que iba a ser cierto. Que James Roth trabajaba realmente para Holland Manners.

Gavin Park (ND): Hay que joderse… Se pone interesante.
Stewie (ND): ¿Perdona, colega?

Gavin sale de sus pensamientos al tiempo que se percata de que ya está en el taxi. Stewie lo mira, entre inquieto y expectante. Ha oído historias sobre las fiestas que se organizan aquí y siendo un simple mortal es normal que tenga ganas de irse de aquí.

Stewie (ND): ¿A dónde vamos, jefe?
Gavin Park (ND): Volvemos a donde me recogiste, Stewie, muchacho… (mira la tarjeta de “Investigaciones Ángel” que reposa entre sus dedos) He olvidado algo importante ahí.

Terminal 5.
Aeropuerto Internacional de Los Ángeles.
6.28 AM


“… Última llamada para los pasajeros del vuelo Oceanic 795 destino Vladivostok, con escala en Tokio, por favor embarquen por puerta seis…”

Ángel (ND): Ése es su vuelo, señor Kaminski.

Vladimir se da la vuelta, algo sobresaltado. De no haber estado tan ensimismado viendo los monitores de televisión del aeropuerto, tampoco hubiese podido ver el reflejo de Ángel a su espalda.

Vladimir Kaminski (ND): Griasias, sieñor Angel…
Ángel (ND): Su vuelo sale en apenas unos minutos, señor Kaminski. Sé que puede ser doloroso para usted pero…
Vladimir Kaminski (ND): Quiere siaber lo que vi siobre esos viajeros… (asiente con la cabeza) Lio quiomprendo… Debería iusted decírles a ellos lo que io ví…

Y Kaminski susurra unas breves palabras al oído del vampiro con alma.
De haber tenido un corazón que funcionase, puede que habría dejado de funcionar durante un segundo al escuchar lo que le dice el vidente moribundo.

Ángel (ND): ¿Está…? ¿Está usted seguro?
Vladimir Kaminski (ND): Nada es sieguro en iesta vida, sieñor Ángel… Nada salvo la muerte… Dasdivania, sieñor Ángel. Y gracias pior todo.

Ángel lo ve desaparecer entre la multitud de turistas y hombres de negocios que se pierden más allá de la puerta de embarque.

Quince minutos después, el Oceanic 795 hace la maniobra de despegue bajo el cielo púrpura. Apoyado contra su descapotable negro, el vampiro con alma lo contempla mientras da vueltas al misterioso mensaje que le ha dejado el vidente moribundo. Y comprende por qué Wolfram y Hart tiene tanto interés en recuperarlo. No deja de pensar en que el vuelo hará una escala en Tokio. Japón. Sus atacantes eran todos japoneses. ¿Ha puesto a salvo a Vladimir? ¿O lo ha enviado a una trampa segura?

La respuesta viene por si sola.
Apenas ha levantado el vuelo, el Oceanic 795 estalla en una pavorosa bola de fuego. Queda menos de una hora para el amanecer pero por un segundo parece que el sol se ha adelantado. Mientras los fragmentos llueven sobre la pista y comienzan a escucharse las primeras sirenas; Ángel mira a su espalda.

Una nube de polvo de jade flota en el ambiente y un pensamiento cruza la mente del vampiro con alma.

Fue un trabajo eficaz, pequeña teleportadora de ojos rasgados… Pero no debiste firmarlo.”

A una manzana y media de “Investigaciones Ángel”.
Suburbios de la Zona Oeste.
7.31 AM


Gavin Park (ND): En serio… (se incorpora y se da la vuelta) Tienes que dejar de acechar a la gente.

Ahí, de pie en la entrada de aquel callejón, con una tapa de alcantarillado a medio abrir; Gavin Park trata de mantener una sonrisa de poker ante un vampiro con alma de más de doscientos años. No es nada fácil. Aunque lo hubiese sido de no ser por el maldito atasco que Stewie encontró a la salida de la interestatal tres.

Gavin Park (ND): He oído por la radio lo del vuelo ese de Los Ángeles-Vladivostok. Vaya cagada, ¿eh?
Ángel (ND): Maldito… (lo aferra por las solapas del traje y lo levanta como un muñeco de trapo) Lo habéis matado. Tú y tus amigos de Wolfram y Hart.
Gavin Park (ND): ¿De qué estas hablando?
Ángel (ND): La chica teleportadora… ¡Ella ha tenido algo que ver en el atentado del avión!
Gavin Park (ND): Ángel, muchacho, te recuerdo que también han intentado matarme a mí. Te aseguro que no trabajo para esa chica, ¿vale? Además…

Gavin mira por encima del hombro de Ángel. Y sonríe. Los primeros rayos de sol se filtran entre los rascacielos del centro. Dentro de muy poco, Ángel comenzará a parecerse mucho a una hamburguesa muy hecha.

Sin delicadeza alguna, Ángel deja caer a Gavin sobre el asfalto.

Ángel (ND): Vas a darles un mensaje a esos a los que Kaminski llamaba “los viajeros”. Diles que quiero hablar con ellos. En persona.

CONTINUARÁ…

1 comentario:

Unknown dijo...

Jo...Y yo que no cuento como viajero :___( . Da igual os espiare chicos :P