martes, 13 de enero de 2009

P.O.V. - LEONARD POWELL y MARCUS VANISTER (Sesión 10-01-09)

ANTERIORMENTE, EN "NEVERFIELD"…
Marcus Vanister (WF): Está vivo, señor Dalton. El Libro de las Sombras es un ente extraordinariamente poderoso.
***
Libro de las Sombras (en Ben Braddock): SOMOS UNO. SOMOS MUCHOS… ¡¡SOMOS LIBRES!!

ATRAPADOS EN UNA ODISEA DIMENSIONAL…
Danny Dalton: Vale. Ahora el Libro es un libro y las Sombras... Se han ido.
Profesor Vanister (NE) ¿Y si han ido a otros Springfield?
Leonard Powell: ¿Y si han ido…? (mira Danny) ¿Y si han ido al nuestro?

UN VIAJE A TRAVÉS DE REALIDADES ALTERNATIVAS...
Riley Finn (ND): Estáis cometiendo un error… Trabajo para el gobierno de los Estados Unidos.
Leonard Powell: Si, claro. Y ahora me dirás que trabajas para una unidad militar especial que tiene un complejo subterráneo oculto bajo este pueblo de mierda.
Riley Finn (ND): ¿Cómo…? (sorprendido) ¿Conoces "La Iniciativa"?

TODOS BUSCAN EL CAMINO DE VUELTA A CASA...
Profesor Vanister (NE): Ahora buscamos a Goodwin Steele, un abogado de Wolfram & Hart.
Leonard Powell: Bueno, más bien son "abogados del Diablo"… en el sentido más literal de la expresión. Y buscar al tal Steele era nuestra misión… al menos hasta que un cabrón secuestró a nuestros colegas… Danny Dalton y Ben Braddock.

PERO NO TODOS VIVIRÁN PARA ENCONTRARLO.

Episodio 2x14.- NEVERDALE (Parte 3)

Habitación 205, Motel Gates. Sunnydale.
Ahora.

Leonard Powell: ¡Riley! ¡AL SUELO!

Apenas un segundo antes, antes de que las ráfagas de fuero automático comenzaran a hacer trizas aquella habitación de motel; Leonard y el profesor Vanister escuchaban atentamente las especificaciones que el agente Riley Finn de "La Iniciativa" les daba sobre la mansión de Devon Powell. Se encontraba mencionando algo sobre las cámaras y los sensores de movimiento que había a lo largo de toda la finca cuando, de repente, dos puntos rojos aparecieron en el pecho de Riley.

Y entonces comenzó el infierno.

Las balas llovían sobre ellos mientras Riley trataba de contactar con sus agentes de apoyo que, supuestamente, vigilaban esa especie de piso franco al que los había llevado.

Riley Finn (ND) (por su comunicador): ¿¡Patrick!? ¿¡Wilson!? Maldición... (mira a Leonard y el profesor) Esto solo puede ser cosa del Comandante Kyle...

Antes de poder acabar la frase, una granada rompe lo poco que queda de la destrozada ventana de la habitación. Del cilindro metálico comienza a salir un gas amarillento...

Riley Finn (ND) (empuñando su arma): ¡Póngase a salvo! ¡Yo les cubro!

Esa aureola de patriotismo barato y heroismo gratuito le recuerdan a Leonard al bueno de Ben Braddock. No piensa desaprovecharlo y, junto con el profesor, se disponen a salir. Es en ese momento cuando Leonard se percata de que el suelo esta manchado de sangre. Se mira el cuerpo: si no es suya, solo puede...

Leonard Powell (ayudando al profesor): ¿Profesor...?
Profesor Marcus Vanister (NE): Es solo... un rasguño... (aferrándose la herida en el hombro) Hay que... salir de aquí, señor Powell...

Cubiertos por el fuego de cobertura de Riley y su pistola, Leonard y el profesor corren por el pasillo exterior del motel Gates. Bajan las escaleras hasta llegar a la planta baja. Es entonces cuando ven entrar súbitamente una berlina gris en el aparcamiento del motel: un coche muy parecido al que Wolfram & Hart les dio. Y de él bajan dos tipos trajeados (y armados) a los que solo les falta un cartel para saber que trabajan para el infame bufete.

Antes de que puedan responder al fuego automático del mismo tipo encapuchado que dejó la habitación convertida en queso gruyere, un segundo encapuchado sale de detrás del camión en el que aguardaban los hombres del agente Finn. Empuña un M16 con lanzagranadas... y un proyectil explosivo autopropulsado cruza la zona de aparcamiento para acabar volando por los aires el coche de la recién llegada caballería de W&H.

Leonard Powell (mirando al encapuchado del subfusil): ¡Joder! ¡Riley ha caído! ¡Me encargaré de ese tipo! ¡Cúbrame profesor!

Mientras los disparos del profesor Vanister distraen al encapuchado del M16, Leonard se desliza entre los coches hasta situarse a pocos metros por debajo de donde está el encapuchado del subfusil. Un disparo certero y una bala entra por su pecho, dejándolo muerto. Leonard está a punto de hacer un comentario ingenioso al respecto, cuando escucha el fuego automático del M16.

En el suelo, tras los restos llameantes de la berlina, está el cuerpo del profesor. Leonard se da la vuelta y mira al encapuchado del fusil de asalto. No le da tiempo ni siquiera a que le encañone: Leonard camina con paso firme hacia él, disparando su pistola...

Leonard Powell: Hijo de puta...

Un proyectil convierte la cabeza del encapuchado en papilla. Leonard corre hasta el cuerpo del profesor: tres orificios en su pecho dejan claro que la vida se le escapa por momentos. Las manos de Leonard se empapan de sangre...

Leonard Powell (tratando de contener las hemorragias): No. Usted no, ¿me oye? Esto no va a pasar otra vez...
Profesor Vanister (NE): Señor Powell... Llévelos de vuelta... Llévelos... a casa...

Y por un segundo, Leonard casi siente lágrimas en sus ojos. Porque por un segundo, está seguro de que el corazón del profesor se detiene en ese preciso instante.

Leonard Powell: ¿Profesor?... ¡¡Profesor!!
Riley Finn (ND): Déjeme a mi...

La voz a su espalda hace que Leonard se de la vuelta. Riley camina torpemente, manteniendo su mano izquierda contra el costado, del cual salen hilillos de sangre. Las sirenas de policía comienzan a escucharse a lo lejos.

Riley Finn (ND) (ayudando como puede a Leonard a llevar el cuerpo del profesor hasta la furgoneta): Póngase al volante... Yo intentaré hacer algo por su amigo...
Leonard Powell: Pero... ¿el qué?
Riley Finn (ND) (sacando del botiquín de la furgoneta una jeringa de adrenalina) Lo que sea necesario...

Leonard Powell da la vuelta a esa furgoneta de reparto mientras en su interior, rodeado de aparatos de escucha y seguimiento electrónico, el profesor Vanister siente como su cuerpo regresa de entre la estrecha frontera entre la vida y la muerte.

La furgoneta sale del motel Gates a toda velocidad, con un par de coches patrulla siguiéndola muy de cerca. Por suerte, Sunnydale se parece lo bastante a su Springfield natal como para que Leonard pueda desenvolverse con relativa facilidad.

Leonard Powell (hablándole a los policías): ¿Queréis jugar? Pues no os lo pondré fácil...

Con un volantazo, Leonard abandona la carretera industrial y se adentra en uno de los muchos barrios residenciales que pueblan los suburbios de Sunnydale. Hace apenas diez minutos que la noche ha caído sobre la ciudad y, por suerte, no ni tráfico en la calle ni gente paseando.

O al menos eso cree Leonard.
Enfilando una de las calles residenciales, una chica con el volumen de su I-Pod demasiado alto no escucha el rechinar de frenos de la furgoneta. Ni Leonard es lo bastante rápido como para evitar llevarse por delante el enorme dálmata que la adolescente llevaba de la correa...

Con el cristal frontal hecho añicos y cubierto por los restos de la desafortunada mascota, Leonard siente como la furgoneta se adentra a ciegas en los jardines de al menos tres o cuatro casas. Mientras, los dos coches patrulla le siguen muy de cerca...

Las cosas mejoran cuando, al salir de un cruce, Leonard esquiva por los pelos el último autobús de línea que pasa por esa zona residencial. El primero de los coches patrulla también lo consigue. El segundo, no.

Agente McNamara (ND): Joder, ese cabrón ha hecho estrellarse a Donovan y Martin... (por la megafonía del coche patrulla) ¡Atención, vehículo en persecución! ¡Detén...

Y Leonard se adelanta a sus ordenes. Pega un frenazo tan súbito que consigue su objetivio: su perseguidor empotra el morro de su coche contra el trasero de la furgoneta de reparto. Leonard sabe que ha perdido al menos el cincuenta por ciento de la velocidad de su vehículo. Pero viendo el humo salir del capó del coche patrulla también sabe que sus perseguidores necesitarán un vehículo nuevo...

Agente McNamara (ND) (saliendo del coche y viendo los destrozos): ¡¡Joder!! (ve alejarse la furgoneta) ¿Quién cojones es ese tío?

Antiguo Matadero Grant.
Aproximadamente una hora después...


El lugar está completamente desierto.
La única construcción, una enorme nave industrial, sirve ahora de improvisado garaje para la furgoneta. Dentro de la misma, Riley termina de hacer milagros con el botiquín, intentando mantener con vida al pobre profesor Vanister. Leonard apura el último cigarrillo que consiguió robarle a Danny antes de que éste y Ben fuesen secuestrados. Mientras expulsa el humo por la nariz, Leonard recuerda que no pueden quedarse aquí mucho tiempo. El reloj sigue contando y sus... (sus amigos)... sus compañeros de viaje sin ahí afuera.
En manos de su padre.
Una vez más, su jodido padre.

Profesor Vanister (NE): ¿Señor Powell?

Su voz es la de un cadáver. Su forma de andar, también. La chaqueta de Wolfram y Hart cubre su figura y deja ver el bendaje con el que Riley ha parcheado sus agujeros. Por un momento, Leonard casi siente el impulso de abrazarlo. Pero parece tan debil que quizá un abrazo acabe por rematarlo.

Leonard Powell: ¿Profesor? ¿Y Riley...?
Profesor Vanister (NE): Inconsciente me temo... Hubiera intentado hacer algo más por sus heridas pero creo que he consumido los escasos recursos del botiquín...
Leonard Powell: ¿Y ahora? La emboscada del motel parece cosa de esa "Iniciativa" para la que trabaja Riley...
Profesor Vanister (NE): Lo que significaría que el señor Kyle y su padre están buscándonos...
Leonard Powell: Por no hablar de la policía de Sunnydale...
Profesor Vanister (NE): No podemos quedarnos aquí mucho tiempo ocultos, señor Powell. El tiempo corre en contra de nuestros amigos... quedan apenas ocho horas para que el suero pierda su efecto...
Leonard Powell: Tal y como lo veo yo, profesor, tenemos dos opciones: o le echamos huevos y asaltamos por nuestra cuenta la mansión de mi padre. O buscamos un aliado...
Profesor Vanister (NE): Creo recordar que el señor Finn mencionó al padre del señor Dalton como uno de los civiles al tanto de "La Iniciativa". Quizá...

El razonamiento se ve interrumpido por las estridentes notas musicales de "Ace of Spades" de Motorhead. Leonard y el profesor, escondidos junto a las puertas de la nave industrial del matadero, ven como un Cadillac descapotable irrumpe en los alrededores del matadero. Su chapa cromada negra resalta con el dibujo de unas llamas incandescentes. De sus cinco ocupantes, solo uno parece no estar disfrutando de alguna clase de juerga nocturna. Bajo la música, el motor del coche y las risas y carcajadas de esos cerdos, Leonard reconoce los gritos de una chica.

Nora Thompson (ND): ¡Soltadme, bastardos!
Profesor Vanister (NE): Hay que hacer algo, señor Powell… Esos brutos van a…
Leonard Powell (susurrando): No ha visto nunca Buffy en la tele, ¿verdad? Profesor, si esto es Sunnydale esos no son simples brutos… Son vampiros.

Como para constatar la teoría de Leonard al respecto, el que parece el cabecilla de los vampiros, un tipo enfundado en una chupa de cuero y con larga melena negra, da un poderoso brinco y se coloca justo ante Nora, cerrándole el paso. Ésta trata de usar su spray anti-violadores con él. Lo único que consigue es enfadar al vampiro… y hacer que "ponga su cara demoniaca".

Leonard Powell: Odio tener razón… (comprueba su pistola) Cúbrame, profesor.

El profesor Vanister asiente, entra en el almacén y busca la caja de fusibles. Sabe que las luces de ese lugar llevan al menos años sin funcionar. Para lo que él quiere, le da lo mismo. Activa todos los conmutadores consiguiendo un cortocircuito. Por un instante, las luces exteriores de la nave industrial se encienden, estallando en chispas y cegando a unos fotosensibles vampiros.
Y, al amparo de la oportuna distracción, Leonard sale al descubierto. Antes de que el vampiro pueda decir nada, Leonard se ha colocado a su lado y descarga un tiro contra la mandíbula. El vampiro cae al suelo.


Nora Thompson (ND): ¿Qué…? (reconoce a Leonard) ¿¡Tú!?
Leonard Powell: Nora, adentro (sigue encañonando al vampiro) ¡Deprisa!

Mientras Nora corre a esconderse dentro del matadero, perseguida por dos de los vampiros amigos del primero; Leonard ve como el vampiro de la melena se incorpora luciendo una mirada de odio mezclado con incredulidad. Lo poco que queda de su mandíbula es apenas un pedazo de carne que pende apenas de un par de tendones…

Vampiro Melenudo (ND): ¡¿Anf anffann?!
Leonard Powell (alzando la pistola, mientras retrocede): Lo siento… (dispara dos veces más) No hablo vampiro.

Las balas solo frenan de forma temporal al vampiro que, inexorablemente lo va acorralando hasta el interior de la nave industrial.

Mientras, dentro del viejo Matadero Grant…

Nora Thompson (ND): ¿Pro… Profesor Giles?
Profesor Vanister (NE): Eh… (escucha los gruñidos y risas de los dos vampiros que van tras Nora) No hay tiempo de explicaciones, señorita… (la toma de la mano) Venga conmigo.

Los dos se adentran en las derruidas y oscuras estancias del matadero, encontrando un acceso que lleva al sótano del mismo. Con dos vampiros pisándoles los talones, Nora y el profesor acaban en una de las estancias del subterráneo del matadero. Un lugar que el profesor reconoce como el enorme coso donde, en Witchifield, fueron "juzgados" por el triunvirato de los Capuchas Rojas.

Profesor Vanister (NE): Fascinante…
Nora Thompson (ND): ¿Cómo…? Oiga, profesor, no es…

En ese momento, las puertas de la estancia son destrozadas de golpe por el primero de los dos vampiros que les perseguía. A simple vista parece un veinteañero negro, vestido con cazadora vaquera y luciendo un absurdo sombrero tejano. Sus colmillos y su rugido inhumano hielan la sangre del profesor… pero no sus neuronas.

Profesor Vanister (NE): No quieres hacerlo… (agarra un pedazo de madera de los muchos escombros que pueblan el suelo del lugar) Sabes quien soy, ¿verdad?
Vampiro Tejano (ND): Rupert Giles… Has matado a muchos de los nuestros…
Profesor Vanister (NE): Has caído en la trampa… (mira por encima de su espalda, como si Nora fuese Buffy) ¡Ahora, Buffy!
Vampiro Tejano (ND): ¿La… (glups)… Cazadora?

Si los vampiros pudiesen hacer ciertas funciones biológicas, éste habría manchado los pantalones. Pero al darse la vuelta, lo único que ve es a Nora. Vanister no desaprovecha la ocasión y clava la improvisada estaca a la altura del corazón del vampiro. Estalla en una nube de polvo que cubre tanto a Vanister como a Nora.

Nora Thompson (ND): Así que todas esas historias que me han contado sobre este pueblo… Joooder. Ahora hay un montón de cosas que… ¡Cuidado!

El profesor Vanister apenas si puede hacer un torpe intento por clavar la estaca en el vampiro que acaba de irrumpir en la estancia. Ha visto como desintegraba a su colega y no está contento. Derriba a Vanister y le arrebata la estaca con la facilidad de quien le quita el sonajero a un bebé.

Por un segundo, los colmillos del segundo vampiro casi rozan el cuello del profesor. Y es entonces cuando el palo de una vieja escoba atraviesa el pecho del chupa-sangres… ¡haciéndolo estallar y cubriendo de cenizas al pobre Vanister!

Profesor Vanister (NE): Coff, coff… Gracias, Nora…
Nora Thompson (ND): No hay de qué, Giles… solo le pediría una cosa… (le ayuda a incorporarse) No vuelva a llamarme Buffy, ¿de acuerdo?

Mientras tanto, en el piso de arriba…

Leonard Powell (sigue disparando): Tío, ¡cómo odio los vampiros!

Las balas atraviesan el cuerpo del vampiro de la melena sin que éste haga otra cosa más que frenar levemente el paso. Leonard lanza una mirada fugaz a la furgoneta, dentro de la nave industrial. Intenta llegar hasta ella. Quizá Riley haya despertado y…

Pero antes de poder comprobarlo, el vampiro da otro de sus impresionantes brincos, interponiéndose en el camino de Leonard. De un fuerte manotazo, le arrebata la pistola, tirándola al suelo.

Leonard Powell: Joder…

Y es entonces cuando el virote de flecha se clava en el pecho del vampiro. Éste, por un segundo, mira incrédulo la punta de madera afilada que sobresale empapada en sangre. Intenta articular algo parecido a un "oh, mierda" pero sin mandíbula inferior. Un instante después, estalla convertido en una nube de polvo.

Leonard agudiza la mirada tratando de percibir la identidad de su oportuno salvador. Al amparo de la luz procedente de la propia furgoneta, Leonard distingue la silueta del profesor Vanister. Y sostiene entre las manos una ballesta.

Leonard Powell: ¿Profesor Vanister?
Rupert Giles (ND): Creo que me confunde, joven. Mi nombre es Rupert. Rupert Giles.

Antes de que Leonard pueda dejar de abrir la boca, paralizado por la sorpresa, otra voz se deja escuchar a la entrada de la nave industrial. Camina hasta donde están ellos dos, sin dejar de hacer divertidos malabares con una estaca de madera.

Buffy Summers (ND): Me estaba preguntando, Giles, ¿estaría mal que me quedase los pendientes de esa vampiresa que acabo de evaporar? Oh… (ve a Leonard) Bonito traje.
Leonard Powell: Bu… Bu… ¿Buffy?

CONTINUARÁ…

3 comentarios:

Unknown dijo...

Solo puedo decir una cosa....sms:"Profesor, este donde este no salga...Estoy con Gilles y Buffy" :P

Por cierto, siento no dejar comentarios en el otro lado, pero no voy a leer el resumen de Migue, para no fastidiarme sorpresas :)

Vagrant dijo...

Pues debo decir que haces bien, amigo raul, porque VAYA TELA OIGA!!!!! VAYA TELA!!!!!!!!!

Preacher dijo...

Ji, ji, ji... (risa malvadaaaa)