sábado, 26 de julio de 2008

P.O.V. - MARCUS VANISTER (NE) (Sesión 19-07-08)



ANTERIORMENTE, EN "NEVERFIELD"...
Marcus Vanister (WF): Nuevo Springfield es un lugar donde conviene no mencionar nada relacionado con lo "sobrenatural".

CUATRO JÓVENES PERDIDOS EN EL MULTIVERSO...
Marcus Vanister (NE): "Margaret" es una máquina de salto cuántico capaz de viajar entre dimensiones.
Devon Powell (WF): Pero, ¿es una máquina? ¿Es... ciencia?

INFINITOS MUNDOS POSIBLES...
Marcus Vanister (NE): (llevando bajo el brazo el teclado que sirve de panel de mandos de la "Alfombra Mágica") Y ahora, señor Dalton, será mejor que nos movamos... esto no tardará en llenarse de hombres de Powell.

...Y UN ÚNICO CAMINO A CASA

Episodio 19.- WITCHFIELD (Parte 5)

Parte 1.- “¿De donde sacará las energías ese muchacho?”

El pensamiento es de Marcus Vanister, mientras ve a un debilitado Danny Dalton trepar por las escarpadas roca de la mina. Tiene la pierna herida pero el chico lleva casi veinte minutos escalando sin apenas quejarse. Quizá sea fuerza de voluntad... o la alternativa: quedarse parados y caer en manos de los guardaespaldas de Devon Powell... con Morgan Kyle a la cabeza.

En un momento dado, el joven Dalton se encarama a uno de los salientes de la mina, sube... y desaparece a la vista del profesor Vanister. Éste aguarda impaciente junto al cuerpo de un inconsciente Ben Braddock: necesita ayuda médica. Y pronto. Pasan los minutos y Danny no aparece.

El profesor casi está a punto de subir a ver que ha pasado, cuando una sombra se desliza por la pendiente de roca, cayendo a su espalda... ¡y atacándole con un cuchillo! El tipo es corpulento, cuarenta y pocos, con larga melena sucia y descuidada, como su atuendo: una cazadora vaquera sin mangas, digna de un vagabundo. El profesor no tiene ni idea de quien pueda ser.

Pero su atacante sí que parece reconocerlo a él.

Tyler Crow (WF): ¿Vanister? (detiene su ataque) ¿Qué demonios hace aquí, Vanister?

El profesor reconoce el acento: parece... indio. ¿Wakane? Los de su mundo fueron expulsados de sus tierras por Devon Powell. Por el momento, en éste tan sólo se habían encontrado con un wakane: un joven al que sus compañeros de viaje dimensional llamaron “Perro Loco”…

De alguna forma, esta versión alternativa de Tyler Crow parece tener alguna clase de amistad con el Vanister de esta dimensión… cosa que Marcus aprovecha, sin molestarse siquiera en sacar de su confusión a su inesperado aliado.

Tyler Crow (WF): Este lugar… es peligroso, Vanister. (mira al inconsciente Ben) Ése y el chico que he dejado inconsciente arriba, ¿son amigos suyos?
Marcus Vanister (NE): Si… ¡Los hombres de Devon Powell nos persiguen! ¡Tenemos que salir de aquí cuanto antes!

Ayudándole a cargar con Ben y Danny, Tyler y Marcus consiguen llegar a la carretera que rodea la parte trasera de la mina Dalton. Una vez allí, Tyler entrega las llaves de su motocicleta con sidecar (casi tan machada por el tiempo y las circunstancias como el rostro de este Tyler Crow)

Tyler Crow (WF): Escúcheme, Vanister. Vaya a Dry Rock. Allí está su chico, con “Perro Loco”. Coja lo que necesite y sáquelos cuanto antes de Nuevo Springfield, ¿me ha oído?
Marcus Vanister (NE): P-pero…
Tyler Crow (WF) (mientras emprende el camino de vuelta a la mina Dalton): ¡Hágalo, Vanister! ¡Sólo hágalo!
***
Parte 2.- “Oh.Dios.Mío… ¿Qué-está-pasándome?”

Hace unos segundos el principal problema de Marcus Vanister era intentar acoplar los cuerpos inconscientes de Danny Dalton y Ben Braddock en el interior del sidecar de la moto prestada por Tyler Crow. Eso fue antes de que, de repente, la sangre comenzara a fluir por sus sienes y su nariz. Vanister mira a su alrededor: es de madrugada y, al otro lado de la desolada carretera, pueden verse las montañas que cobijan la mina Dalton. Todo da vueltas. Mareos. Nauseas. Vanister mira a sus amigos inconscientes: ¡ellos también sangran!

Haciendo acopio de todas las fuerzas de las que es capaz, se pone a los mandos de la motocicleta. Su mente trata de mantener la calma y el equilibrio del vehículo al tiempo que trata de buscar una respuesta científica a lo que les ocurre. Parecen los síntomas de un súbito cambio de presión. Pero, ¿por qué?

Antes de dar con una respuesta, el agotamiento y el mareo latente hacen que Vanister pierda la concentración por un segundo. Un oportuno bache en la carretera hace el resto: la motocicleta derrapa y Vanister, junto a sus amigos, tiene un aparatoso pero casi inofensivo accidente. Con la moto prácticamente inutilizada y recuperándose del golpe, Vanister camina haciendo eses hasta sus compañeros de viaje dimensional: siguen inconscientes… aunque de alguna manera parece que ya no sufren de esos extraños síntomas. La buena noticia acaba ahí: la mala es que han perdido su medio de locomoción. De madrugada, en una carretera secundaria… ¿podría ser peor?

En ese momento, las luces de un coche se dejan ver en el horizonte. Vanister hace señas y un todoterreno se detiene a pocos metros de él. Para su disgusto, quienes van a bordo son un grupo de cuatro matones de instituto, completamente ébrios… y encabezados por el mismísimo Sam Wayne.

Sam Wayne (WF): Vaya, vaya… ¡Director Vanister! ¿Ha tenido un accidente? (mira su atuendo: el desgastado mono de trabajo que le entregó Devon Powell para hacer las reparaciones de “Margaret”) ¿A dónde iba a estas…?

La atención de Sam pasa del profesor al sidecar siniestrado… donde yacen sus compañeros inconscientes. Sam y uno de sus colegas se acercan a inspeccionar mientras otros dos matones acaparan la atención del profesor, abrazándose a él…

Matón 1 (WF): Ey, director Vanister… (completamente pedo) ¿Dónde está su bastardo?
Matón 2 (WF): Buck, tio, eres un insensible (también pedo) El pequeño Billy Vanister adoptado, ¿verdad, director?
Matón 1 (WF): Pero, ¿por qué se ha ido de la fiesta, director? ¿Es que no le gustan las fiestas? ¿eh?
Marcus Vanister (NE): En absoluto. ¿Por qué no me pasáis una de vuestras… cervezas?
Matón 1 (WF): Joder, ¡esto es histórico! Angus, macho, pásale una birra al dire…

Por el rabillo del ojo, Vanister ve a Sam y a su amigo hablar mientras miran los cuerpos de Danny y Ben. Vanister sólo necesita ver sus caras para saber que va a tener problemas.

Matón 1 (WF): Angus, ¿vienen esas birras? Joder, no sabía que usted bebiera, profesor…
Marcus Vanister (NE): Hay muchas cosas que no sabe de mi, señor Buck… (poniéndole el cañón de su pistola discretamente en el abdomen) Y ahora... (susurrado) no haga un solo movimiento o de lo contrario…
Matón 1 (WF): JODER. (perdiendo los papeles) ¡¡¡TIENE UNA PIPA!!!

De repente, Marcus se ve rodeado por un grupo de testosterónicos adolescentes. Sin embargo, y pese a lo borrachos que están, un par de disparos al aire consiguen ponerlos en fuga. A todos… menos a Sam.

Sam Wayne (WF): Está usted muerto, ¿me oye, Vanister? En cuanto mi madre se entere de esto…
(Marcus lo noquea antes de que pueda terminar la frase)
Marcus Vanister (NE): Al menos… (quitándole las llaves) ya tenemos vehículo.

A bordo del todoterreno y con un inconsciente Sam Wayne a su lado, Marcus conduce siguiendo la carretera paralela al río Spring. Al otro lado del mismo, en el inmenso rancho Wayne, aun se pueden ver las luces de la fiesta a la que hizo mención Sam: la conmemoración de los veinte años del desastre de Springfield.

En la mente de Marcus, sin embargo, solo hay un pensamiento: buscar un lugar seguro donde curar a sus compañeros heridos y buscar respuestas.
Y el único lugar seguro que se le ocurre… es su propia casa.
***
Parte 3.- “Es como estar en casa… sin estar en casa.”

Es lo primero que piensa Marcus Vanister cuando contempla la casa de su “otro yo” de esta dimensión. Mientras aparca el todoterreno de Sam Wayne ante su propio garaje, Marcus recuerda lo que le contaron Leonard y Fred sobre su versión en este mundo. Que no era un hombre de ciencias, dijeron.

Marcus entra por la puerta de atrás, y a cada paso que da, siente que su rehén, un inconsciente Sam Wayne, pesa más y más. Debería haberlo dejado con Danny y Ben, en el todoterreno. Pero sabe que sería un riesgo: no tiene con qué atarlo y podría despertar… Marcus camina por su casa como un extraño: contempla las grandes semejanzas con su propio hogar. Y las pequeñas diferencias que le recuerdan lo lejos que está realmente.

En el garaje, finalmente, Marcus encuentra lo que estaba buscando: cordel de tender para atar debidamente a Sam Wayne. Una vez cumple con ello, Marcus se da cuenta de otra cosa. En su mundo de origen, Marcus tenía un laboratorio en el sótano donde realizó pruebas y trabajos teóricos previos a la prueba de la “Alfombra Mágica”. ¿Qué tendrá su versión en este mundo?

Marcus baja las escaleras que llevan a la puerta del sótano. Para empezar, su “yo” de esta dimensión parece más precavido: además de una puerta de seguridad, dispone de una cerradura con contraseña. Durante un segundo duda. Y, en seguida, pulsa las teclas que forman un nombre. “Margaret”.

Con un chasquido, la puerta se abre. Marcus camina en las tinieblas de un sótano idéntico al suyo… salvo porque este está vacío. Las luces de los fluorescentes parpadean y zumban, dejando al descubierto las runas arcanas que decoran las paredes. Marcus se arrodilla para contemplar más detenidamente el enorme pentagrama que hay dibujado en el suelo.

Marcus Vanister (NE): Así que en este mundo soy… ¿un hechicero?

Tal es su fascinación que Marcus no se percata de que hay alguien más en la estancia. Alguien que, a su espalda, alza una llave inglesa… y le descarga un fuerte golpe.

Es lo último que siente antes de que todo se vuelva negro.

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