domingo, 5 de abril de 2009

Sesión 04-04-09 (P.O.V. - JAMES ROTH)

ANTERIORMENTE, EN NEVERFIELD...
Marcus Vanister: Creo que nuestra prioridad es reparar la "Alfombra Mágica" y regresar a nuestro mundo, procurando no alterar aún más el curso de los acontecimientos de esta realidad paralela…

ARROJADOS A UNA ODISEA ENTRE DIMENSIONES ALTERNATIVAS…
Profesor Vanister (NE): Es la tanqueta. Lo que ha construido tu padre no es una máquina de salto dimensional. Es una máquina de guerra.

ENGAÑADOS POR EL LIBRO DE LAS SOMBRAS…
Marcus Vanister (WF): Está vivo, señor Dalton. El Libro de las Sombras es un ente extraordinariamente poderoso.
***
Libro de las Sombras (en Ben Braddock): SOMOS UNO. SOMOS MUCHOS… ¡¡SOMOS LIBRES!!

CAPTURADOS POR WOLFRAM & HART…
Sarah Kauffmann (ND): Tu amigo Leonard va a morir, Danny… Así aprenderás que no se juega con Wolfram & Hart.

CONDENADOS A ENMENDAR SUS PROPIOS ERRORES…
James Roth (ND): Éste no es solo su primer día en Wolfram & Hart... (se calza las gafas de sol y sonríe) Bienvenido al primer día del resto de su vida...

O A MORIR EN EL INTENTO.

Episodio 3x03.-
WILLIAM WHITEHOUSE contra WOLFRAM & HART
(Parte 2 de 4)

P.O.V. – JAMES ROTH

Hanover Street. Los Ángeles.
Hace 10 horas.


James Roth (ND): Joder… (frustrado, arroja el móvil en el salpicadero) ¡JODER!

Entre el bullicio de la calle Hanover, en pleno corazón comercial de Los Ángeles, las voces de Roth llamaban la atención de alguno de los transeúntes. No era el hecho de haber perdido el rastro del Profesor Vanister lo que le había cabreado de esa forma. Ni que su obsesión por seguir la pista de aquel convoy de Wolfram & Hart les pudiese costar el pellejo si Sarah Kauffmann descubría que estaban metiendo las narices donde nadie les llamaba…

Lo que de verdad lo cabreaba en ese momento era que el profesor le hubiese rechazado ya dos llamadas seguidas. Por un segundo se planteó la opción de mandarlo a la mierda: de largarse al hotel y dejar que él mismo firmase su sentencia de muerte. ¿Pasaba de él? Pues cojonudo. Que le den. A tomar por…

El sonido del móvil sacó a James de su indignación el tiempo suficiente como para aceptar la llamada.

James Roth (ND): Profesor, ¿qué coño…?

La voz del profesor sonaba angustiada, presa del terror. Lo único que consiguió sacarle al nervioso Vanister fue su actual posición. Era lo único que necesitaba. Colgó y encendió el motor de su elegante Corvette negro.

Bajo el nudo de autopistas 18 y 20.
Afueras de Los Ángeles.
Hace 9 horas.

James Roth (ND): O me dice de una vez que está pasando… o nadie se mueve de aquí.

El deportivo de Roth destacaba en aquel asentamiento de vagabundos y pordioseros como una cucaracha en un pastel de boda. Bajo un impresionante nudo de autopistas, se encontraba reunido aquel peculiar grupo de personas. A James no le sorprendió encontrar allí al profesor Vanister, aunque no esperaba ver su berlina en tan mal estado. Lo que si le sorprendió fue ver allí al señor Whitehouse. Y al otro tipo: aquel agente oriental de Wolfram & Hart al que habían visto en el parking.

Gavin Park (ND): Bueno… ¿Roth? ¿Así has dicho que te llamas? Aquí tu amigo el profesor y su colega, Billy, están cagándola a base de bien…
William Whitehouse (ND): Profesor… ¿Quién es?
Profesor Vanister (NE): No se preocupe, señor Whitehouse... El señor Roth trabaja conmigo. Es… de confianza.

El profesor Vanister comenzó a explicar de forma precipitada todo cuanto había ocurrido. De alguna forma, James ya sabía gran parte de todo ello.

Gavin Park (ND): Mira, Roth… Me llamo Gavin Park y soy del departamento de relaciones diplomáticas de Wolfram & Hart.
James Roth (ND): Relaciones diplomáticas. En Wolfram & Hart. Ya.
Gavin Park (ND): Hace cosa de una semana, el edificio de Wolfram y Hart fue atacado por un comando rebelde de una organización militar secreta conocida como La Iniciativa. Trabajan para el gobierno, ¿vale? En todo lo que tiene que ver con amenazas sobrenaturales y esos asuntos… El caso es que aquello estropeó un poco las relaciones entre el gobierno y Wolfram y Hart. Y por eso, para calmar un poco los ánimos, el bufete me enviaba a mi como mensajero de paz… con un presente.
James Roth (ND): ¿Un presente? (señala a Whitehouse) ¿El?
Profesor Vanister (NE): No exactamente, señor Roth… Wolfram y Hart ha desmontado pieza a pieza el vehículo de salto dimensional en el que llegamos. Van a entregarlo a La Iniciativa. Y ellos… Ellos lo convertirán en un arma. Y eso, señor Roth, es algo que no pienso permitir.

James miró al profesor: nunca lo había visto decir nada de una forma tan tajante.

William Whitehouse (ND): Pero… ¿y qué tiene eso que ver conmigo? ¿Me llevaban de vuelta a La Iniciativa?
Gavin Park (ND): Eso es un asunto más peliagudo, Billy, muchacho… Verás, La Iniciativa ha negado haber autorizado ninguna operación de asalto a Wolfram y Hart… lo que significa que todos los que participaron en ella lo hacían desobedeciendo órdenes.
William Whitehouse (ND): Un momento...
Profesor Vanister (NE): Intenté decírselo antes, señor Whitehouse. El Devon Powell de este universo fue capturado y ejecutado por Wolfram y Hart…
Gavin Park (ND): Ahora hay un nuevo director de operaciones en La Iniciativa, Billy… Y parece que no tiene el menor interés en volver a saber de ti.
William Whitehouse (ND): Entonces… ¿a dónde demonios me llevaban?

Aeródromo McConahue´s, a 10 kilómetros de Los Ángeles.
Hace 7 horas.

James Roth (ND): Vale… Hemos llegado.

Hace diez minutos que el sol se ha ocultado tras el horizonte, dejando en su lugar un cielo púrpura oscuro. Los faros del deportivo iluminan el acceso al desolado y abandonado aeródromo McConahue´s: varias hectáreas de terreno en mitad de las desoladas afueras de Los Ángeles, en mitad de los descampados en los que se puede ver los esqueletos de las futuras urbanizaciones.

William Whitehouse (ND): Un aeródromo abadonado… ¿aquí era donde me iba a llevar, Park?
Gavin Park (ND): Mira, Billy, muchacho… Me estoy jugando el pescuezo por ti, ¿vale? De hecho, mi colega Lee ya lo hizo. Le costó la vida preparar tu oportuna fuga…
Profesor Vanister (NE): ¿Lee? ¿Se refiere al motorista? ¿El del atentado?
Gavin Park (ND): ¿Qué…? Si, claro… Claro… Tenía que parecer creíble, por eso lo de que me pillase la explosión dentro del todoterreno…

James no puede prestar toda la atención que debería a las palabras de Park. Debe concentrarse en guiar el deportivo a través del terraplén que lleva al aeródromo abandonado. Los faros iluminan un viejo cartel en el que puede leerse “Circo Aéreo McConahue. ¡Los Ases del Aire!”.

Gavin Park (ND): Ahora solo queda esperar a mi colega Jeffrey. Él se mi contacto con… Con la persona que está interesada en ti, Billy, muchacho…
James Roth (ND): Personalmente creo que deberíamos escondernos, profesor…
Profesor Vanister (NE): Creo que tiene razón, señor Roth. Ustedes… (se gira a Park y Whitehouse) aguarden fuera a que lleguen los caballeros amigos del señor Park. El señor Roth y yo aguardaremos ocultos en aquel hangar.

Una vez dejan bajar a Park y Whitehouse, James dirige guía el deportivo hasta el interior del primero de los cuatro hangares abandonados que hay en el desolado aeródromo. En la maniobra que realiza para aparcarlo al fondo del todo, los faros iluminan por unos instantes un viejo biplano, destartalado y quebrado, que reposa en el interior.

Al bajar del vehículo, tanto James como el profesor lo huelen.

James Roth (ND): Profesor, ¿qué demonios es eso que huele?
Profesor Vanister (NE): Mmmm… (pasa los dedos por uno de los charcos que hay en el suelo) Queroseno

James sigue con la mirada el rastro de ese líquido hasta varios bidones que reposan en el fondo del hangar, junto al coche. Unos bidones demasiado nuevos como para llevar ahí tanto tiempo.

James Roth (ND): Esto no me gusta…

Apenas ha pronunciado esas palabras cuando empieza a escucharse ruido de motores. Motos de alta cilindrada. Tres, quizá más. James y el profesor, éste último aferrando el subfusil que llevaba el misterioso motorista, se aproximan al acceso principal del hangar. Confirmando las sospechas de James, ambos ven aparecer a tres motoristas. Éstos, a diferencia del que atacó el todoterreno de Park, lucen el aspecto de los clásicos “ángeles del infierno”. Uno de ellos se aproxima a Park y le estrecha la mano. Debe ser el tal Jeffrey. Los otros dos moteros, armados con escopetas recortadas, permanecen a unos metros por detrás.

James Roth (ND): No puedo escuchar todo lo que dicen… Pero juraría que el tal Jeffrey acaba de llamar “mercancía” a Whitehouse…

James mira al profesor, como buscando una confirmación a sus sospechas. Pero lo que encuentra es un gesto de miedo en su rostro.

Profesor Vanister (NE): Señor Roth, esos hombres… No son humanos.
James Roth (ND): Joooooder…

No son humanos”. Aquellas tres palabras bastan para dejarle claro a James algo que se ha repetido desde que comenzó toda esa movida. Algo que tendría que haber hecho desde el momento en que a Vanister le dio por seguir la pista del maldito convoy…

Profesor Vanister (NE): Señor Roth… (mientras Roth camina hasta el fondo del hangar) ¿Qué demonios hace?
James Roth (ND): ¿Que qué hago? (mientras saca el móvil) Llamar a la caballería…

Nervioso, Roth marca el botón de llamada automática. Durante unos segundos nadie responde. Al quinto tono, una voz de mujer suena al otro lado.

Sarah Kauffmann (ND): Espero que sea importante, señor Roth…
James Roth (ND): Escúcheme con atención, señora… porque estamos metidos en un buen lío. Imagino que está al tanto del atentado que ha sufrido su agente, el señor Park…
Sarah Kauffmann (ND): ¿Cómo sabe…?
James Roth (ND): El profesor Vanister tuvo… tuvo un presentimiento, ¿vale? Y decidió seguir el convoy. Hemos impedido que el señor Whitehouse se escape pero… y ahora viene lo más extraño… parece que su hombre, el agente Park, tenía sus propios planes para el señor Whitehouse. Y…

De repente, un ensordecedor silbido corta el silencio del desolado aeródromo. Un hermoso reactor privado, con los emblemas de Airfrance, toma tierra en una pista de aterrizaje que ha conocido tiempos mejores.

James Roth (ND): Aeródromo McConahue, a las afueras. Envíe a alguien. Rápido.

Y cuelga. James camina deprisa hacia el acceso del hangar: sea quien sea quien viaje a bordo de ese jet privado tiene interés en Whitehouse.

James Roth (ND): Profesor… (mientras se acerca a la salida del hangar) ¿Quién ha bajado del avión?
Profesor Vanister (NE): Parece una mujer… (se gira y mira a Roth) Pero no es huma…

El profesor no termina la frase. Un gruñido inhumano resuena en el exterior… seguido del sonido de un fuerte golpe. Un segundo después, Vanister y Roth ven aterrizar el cuerpo de William Whitehouse a escasos metros del acceso al hangar.

James Roth (ND): Profesor… Al coche.

El deportivo sale a toda velocidad del hangar, marcha atrás y dejando un trazado de llantas quemadas sobre el suelo. James mueve el volante con destreza suficiente como para interponer el vehículo entre William Whitehouse y uno de los moteros de Jeffrey. Éste, un corpulento pelirrojo, encañona con su escopeta recortada al deportivo. Lo que atemoriza a James no es que lo haga a bocajarro. Lo que le aterroriza es que su rostro es el de un vampiro.
El profesor tenía razón. No son humanos. Genial.

Profesor Vanister (NE): ¡Conduzca, señor Roth!

Y antes de que el motorista pueda abrir fuego, el profesor aprieta el gatillo del subfusil, acribillándolo. No consigue gran cosa… pero le da el tiempo suficiente como para que William suba al deportivo.

James Roth (ND): ¡Agarrénse!

Aprieta el acelerador, atravesando marcha atrás la pista de aterrizaje. Por un momento, casi parece que han dejado atrás cualquier amenaza. Es entonces cuando algo cae pesadamente sobre el deportivo, hundiendo su techo.

Vampiro Motorista Pelirrojo (ND): ¡Sois carne muerta! ¿Me oís? ¡Jodida carne muerta!
Profesor Vanister (NE) (mirando el subfusil): ¡Sin munición!
James Roth (ND): ¡Coja mi pistola, profe!

El profesor Vanister intenta coger el arma de James mientras este conduce de forma temeraria, intentando desprenderse del pasajero extra que llevan detrás. Para empeorar las cosas, el segundo de los matones vampíricos del tal Jeffrey, abre fuego contra el coche. El cristal trasero del deportivo vuela en pedazos y los fragmentos de cristal llueven sobre un aturdido William Whitehouse.

James Roth (ND): Maldito chupasangres… (conduciendo de forma salvaje) ¡fuera de mi coche!

En ese momento, mientras rodea el jet privado que acaba de aterrizar, los faros del deportivo iluminan una silueta que se cruza en su camino. La silueta de una mujer. Por un segundo, los ojos de James quedan fijos en los de ella.

James Roth (ND): ¡Joder!

Con un volantazo, el deportivo la esquiva a duras penas, pasando en paralelo al avión. Una idea pasa por la cabeza del profesor. Le grita que pase de nuevo junto al jet. James no tiene tiempo ni de pensar que aquello es una locura. Al mismo tiempo que el profesor encasquilla su arma al tratar de disparar contra el depósito de combustible del reactor; el vampiro pelirrojo intenta colarse por el hueco dejado por la luna trasera del deportivo.

Vampiro Motorista Pelirrojo (ND): ¡Sois míos…!
William Whitehouse (ND): Ni lo sueñes, monstruo.

Por un segundo y a través del espejo retrovisor, James ve como Whitehouse clava un fragmento de la luna trasera en el corazón de la bestia… que estalla en una nube de polvo.

James Roth (ND): Vale, tío. ¡Me acabas de joder la tapice...!
Profesor Vanister (NE): ¡Señor Roth! ¡Cuid…!

El aviso llega un segundo demasiado tarde: los faros del deportivo iluminan al segundo de los motoristas vampiro. Sus dos escopetas recortadas escupen sendas salvas que revientan la luna delantera del deportivo. Los proyectiles, junto a una lluvia de cristales, impactan contra James y el profesor.

Antes de perder el conocimiento, James solo alcanza a pensar una cosa.
“Estamos muertos. Otra vez.”

Apartamento de Gavin Park.
Zona del Downtown, Los Ángeles.
Ahora.

Gavin Park (ND): Ah. Veo que ya estás despierto.

Gavin cruza el umbral de la puerta corredera, enfundado en un elegante kimono y haciendo malabares con una pequeña bandeja de té. La estancia es amplia, con suelo de parquet y paredes blancas, desnudas. El único mobiliario son los dos colchones en los que reposan James y el profesor respectivamente.

Gavin Park (ND): Parece que tus heridas se han curado bien… (abre las persianas del inmenso ventanal) Te vendrá bien un poco de té.

Junto al agradable sol del mediodía, el bullicio del centro de Los Ángeles llega a oídos de James. Sus ojos se posan en el profesor Vanister.

James Roth (ND): ¿Dónde…?
Gavin Park (ND): Es mi apartamento. Y te aseguro que es el sitio más seguro en el que Vanister y tú podéis estar ahora mismo.
James Roth (ND): ¿Y Whitehouse?
Gavin Park (ND): Escapó. Ya le presenté mi informe a Kauffmann… Un informe en el que no he mencionado la extraña alianza que tuvo lugar entre Vanister y Whitehouse.
James Roth (ND): Imagino que tampoco habrás mencionado tu participación en la fuga de Whitehouse…
Gavin Park (ND): Yo de ti no le daría más vueltas, me relajaría y disfrutaría del té.

James mira al profesor: sigue inconsciente, con un gotero conectado a su antebrazo. Esa imagen le hace recordar algo importante.

James Roth (ND): Tarde o temprano, vamos a tener que volver a Wolfram y Hart. El profesor necesitará su tratamiento. Y cuando lo hagamos…
Gavin Park (ND): Cuando lo hagáis lo haréis como mis subordinados.

Aquello consigue algo que muy pocas veces sucede en la vida de James Roth: aquello lo deja sin habla.

Gavin Park (ND): Si, Roth, muchacho. Ahora yo soy el jefe de equipo. La señora Kauffmann acaba de ascenderme… (sonríe) ¿no te lo había dicho?
James Roth (ND): Ya… claro.
Gavin Park (ND): Mira, Roth… (se acerca a él) Los dos sabemos que en Wolfram y Hart hay muchos intereses enfrentados. Y estoy seguro de que los dos tenemos nuestros propios intereses.
James Roth (ND): ¿A dónde quieres llegar, Park?
Gavin Park (ND): A una alianza, Roth, muchacho. Tu y yo, sin mentiras. (le tiende la mano) ¿Qué me dices?

James mira su mano. Y luego le mira a él. Gavin Park. Relaciones diplomáticas. Liante profesional. Y su única baza en una partida en la que han dado cartas marcadas.
Como si tuviera más opciones...

James Roth (NE): Sin mentiras… (estrechando su mano) Como agentes de Wolfram y Hart.

CONTINUARÁ…

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ala como te lo curras, dos resumenes en un dia, habiendo jugado ayer...vaya tela chaval.

Jo...que pena que me perdi la bomba en el coche...que guay¡¡¡

Darrell dijo...

jo, de puta madre narrado la pelea en el coche... y ese final... "sin mentiras".... ;P