Marcus Vanister: Creo que nuestra prioridad es reparar la "Alfombra Mágica" y regresar a nuestro mundo, procurando no alterar aún más el curso de los acontecimientos de esta realidad paralela…
ARROJADOS A UNA ODISEA ENTRE DIMENSIONES ALTERNATIVAS…
Profesor Vanister (NE): Es la tanqueta. Lo que ha construido tu padre no es una máquina de salto dimensional. Es una máquina de guerra.
ENGAÑADOS POR EL LIBRO DE LAS SOMBRAS…
Marcus Vanister (WF): Está vivo, señor Dalton. El Libro de las Sombras es un ente extraordinariamente poderoso.
***
Libro de las Sombras (en Ben Braddock): SOMOS UNO. SOMOS MUCHOS… ¡¡SOMOS LIBRES!!
CAPTURADOS POR WOLFRAM & HART…
Sarah Kauffmann (ND): Tu amigo Leonard va a morir, Danny… Así aprenderás que no se juega con Wolfram & Hart.
CONDENADOS A ENMENDAR SUS PROPIOS ERRORES…
James Roth (ND): Éste no es solo su primer día en Wolfram & Hart... (se calza las gafas de sol y sonríe) Bienvenido al primer día del resto de su vida...
...O A MORIR EN EL INTENTO.
Episodio 3x03.-
WILLIAM WHITEHOUSE contra WOLFRAM & HART
(Parte 3 de 4)
WILLIAM WHITEHOUSE contra WOLFRAM & HART
(Parte 3 de 4)
P.O.V. – WILLIAM WHITEHOUSE
Ático de la Familia Baxton. Nueva York.
Hace 9 años.
Billy Baxton sólo tiene ocho años. Sus máximas preocupaciones deberían estar relacionadas con cómics, videojuegos y deberes de matemáticas sin terminar. Y pese a lo que pudiera parecer viendo su habitación, la de Billy no es una infancia cualquiera. Quizá por eso Billy no se asusta al escuchar los ruidos de lucha que llegan procedentes del salón. Su padre le advirtió de aquello. Le dijo que podría llegar el día en que hombres malos vendrían a hacerles daño. Pero Billy siempre ha sabido que llegado el momento su padre estaría aquí para protegerlo…
La puerta de su dormitorio se abre con un fuerte golpe. Bajo el umbral, Billy intuye la figura de su padre. Estaba en lo cierto. Su padre estaba aquí para protegerle de los hombres malos…
Billy Baxton: ¿Pa… Papá?
Entonces lo escucha. Un gruñido. Seco. Inhumano. Su padre da dos pasos en dirección a la cama de Billy. Cuando se encuentra a menos de dos metros, Billy puede oler la sangre que empapa lo que alguna vez fue un carísimo esmoquin. Los ojos de su padre, inyectados en sangre, se posan en Billy…
Y con un rugido, su padre salta sobre el aterrorizado muchacho.
Billy Baxton: ¡No! ¡Papá!
El chico salta de la cama justo a tiempo: las manos de su padre se hunden en el somier, rasgando y destrozándolo como si fuese la carne de su propio hijo. Billy mira aquello en lo que han convertido a su padre al tiempo que retrocede, tratando de salir del dormitorio.
Es entonces cuando tropieza con alguien más. Billy se da la vuelta y la ve, parada ante la puerta del dormitorio. Es una mujer morena, de pelo lacio. Viste un traje de noche negro que resalta aun más su piel blanquecina. Sus ojos son grandes y redondos, penetrantes y al mismo tiempo desquiciados.
Con la comisura de los labios manchada de sangre, la mujer sonríe a Billy.
Drusilla (ND): Oh, mírate… Eres perfecto. Tú serás mi pequeño muñequito.
Billy comienza a gritar.
Aeródromo McConahue, a 10 kilómetros de Los Ángeles.
Ahora.
Drusilla (ND): Mi pequeño muñequito… (bajando del reactor) Por fin.
William Whitehouse tiene 19 años. Ha sido entrenado durante años como un operativo especial de La Iniciativa, un comando militar secreto dedicado a combatir todo tipo de amenazas sobrenaturales. Ha dado caza a hombres lobo. Se ha enfrentado a varios espíritus y demonios. Ha reducido a cenizas a más vampiros de los que puede recordar…
Y sin embargo, ahora mismo tiene ganas de correr. De esconderse.
Vuelve a tener ocho años. Vuelve a estar en ese ático. Vuelve a sentir la mirada desquiciada de esa abominación en forma de mujer.
Gavin Park (ND): Bueno, Billy, muchacho… ¿Listo para…?
William no llega a escuchar el resto de la frase. Puede ver los labios de Gavin moverse, pero sus palabras caen en saco roto. Como deberían haberlo hecho desde el primer momento. Desde que, apenas 7 horas antes, William había recuperado el conocimiento. Sus últimos recuerdos eran de aquella operación en la que habían intentado asaltar Wolfram y Hart. De aquello hacía ya casi dos semanas. Dos semanas en las que había permanecido capturado por aquella firma de abogados infernales. Dos semanas de torturas, de escáneres psíquicos, de aislamiento…
No había creído a Park cuando le dijo que La Iniciativa le había dejado tirado. “Te han vendido, Billy, muchacho…” Eso es lo que dijo. Quizá si el profesor Vanister no le hubiese contado lo de la muerte de Devon Powell, quizá no le habría creído. Pero ahora comenzaba a verlo claro: Gavin Park los había engañado a todos. Posiblemente había sido verdad aquello de que él había preparado aquel “atentado”… Pero aquello jamás había sido una operación de rescate para ponerlo a salvo.
Iba a entregarlo a esa… a esa cosa.
William bajó la vista: el vampiro pelirrojo que estaba junto a Gavin aferraba con fuerza su escopeta recortada. Pero el enorme cuchillo de monte que llevaba al cinto… Bueno, eso era otra cosa.
Antes de que Gavin terminara aquella frase, el vampiro tenía ya el cuchillo clavado a la altura del vientre. Un par de centímetros más arriba y ahora sería una nube de cenizas.
Vampiro Motorista Pelirrojo (ND): Serás… ¡CABRÓN!
El golpe de culata hizo que Whitehouse volase varios metros hacía atrás. Su espalda golpeó el suelo y durante unos segundos Billy estuvo a punto de perder el conocimiento. Entonces escuchó el rugido del deportivo. Como una centella oscura, el coche salió del hangar, marcha atrás, quemando llantas… y frenando a pocos centímetros de William.
Profesor Vanister (NE) (abriendo la puerta): ¡Suba, señor Whitehouse!
Aeródromo McConahue, a 10 kilómetros de Los Ángeles.
12 minutos después.
William Whitehouse (ND): Oh, mierda…
Diez segundos atrás, la cosa pintaba mucho mejor. Diez segundos atrás, el deportivo atravesaba a toda velocidad el aeródromo, en mitad de una frenética persecución. Diez segundos atrás, William clavaba un fragmento de la luna trasera del coche en el corazón de aquel motorista vampiro, acabando el trabajo que había dejado pendiente con su propio cuchillo de monte. Diez segundos atrás, James Roth hacía un comentario jocoso sobre la tapicería manchada de cenizas vampíricas.
Todo cambió en apenas diez segundos. Fue el tiempo que necesitó el segundo de los matones vampíricos que el “colega” de Gavin Park había traído como guardaespaldas. Tanto William como Roth y el profesor se habían olvidado de él. Para cuando los faros lo iluminaron, el chupasangres descargaba sus dos recortadas contra el deportivo, dejando fuera de combate a Vanister y Roth.
Vampiro Motorista Mohicano (ND): Puedo olerte, carne… Sé que estás ahí dentro… Y cuando acabe contigo, me daré un festín con tus colegas…
William sabía que era cierto: los chupasangres tenían sentidos más allá de lo humano y podían captar el rastro de sangre fresca a distancia. Como si fuese una lata de sardinas, el chupasangres hizo fuerza y volcó el deportivo… con William aun dentro.
A duras penas, el agente de la Iniciativa pudo salir al exterior y rodar por la arena. El chupasangres sonreía, triunfal. William se incorporó y lo encañonó con la pistola que Roth había entrado al profesor. Las buenas noticias eran que había conseguido desencasquillar el arma. Las malas… que contra un vampiro aquello no iba a ser demasiado efectivo.
Vampiro Motorista Mohicano (ND): ¿Una pipa? ¿Estas de guasa? (se rasga su cazadora y muestra su pecho a descubierto) ¡Vamos, dispara! ¡Vamos!
William Whitehouse (ND): Dime una cosa… ¿Te has planteado lo que te hará tu jefa si le estropeas… “su mercancía”?
El chupasangres duda durante un segundo. Parece que le tiene el miedo suficiente a esa vampiresa como para que la estratagema de William funcione al menos durante un instante. Es todo cuanto necesita: aprieta el gatillo una, dos, tres veces. Uno de los proyectiles le alcanza en plena cara, destrozándole uno de sus ojos. No lo detendrá y lo enfurecerá aun más.
Drusilla (ND): Mi pequeño muñequito…
William escucha su voz y al girar la cabeza la ve aproximarse con paso lento pero firme. De repente, el chupasangres deja de ser una prioridad. De repente, William vuelve a ser simplemente “Billy”. Mirándola a los ojos, siente que vuelve a tener ocho años. Vuelve a estar asustado.
Intenta disparar contra ella. Pero sus ojos… Sus ojos son tan hondos. Tan oscuros…
Drusilla (ND): Arrojalá… lejos.
William obedece. Sin dudar.
Drusilla (ND): Ahora… De rodillas.
William obedece. Sus piernas tiemblan, intentan resistirse. Pero es imposible…
Gavin Park (ND): Eh… ¿La señorita Drusilla?
Y por primera vez desde que la vio bajar del avión, la vampiresa parece tan sorprendida como el propio William al ver aparecer a su espalda al señor Park.
Drusilla (ND): ¿Quién eres tú?
Gavin Park (ND): Creo que no hemos sido presentados… (le tiende la mano) Gavin Park, relaciones diplomáticas de Wolfram y Hart.
Drusilla mira la mano tendida de Park como un cachorro reaccionaría ante el saludo de un humano. Gavin, incómodo, la retira. Pero no ceja en su empeño…
Gavin Park (ND): Sólo quería decirle, señora, que ha sido un placer cumplir con sus deseos y que… bueno, esperaba que pudiera hablar bien de mi a…
La charla de Park cae en saco roto: la vampiresa lo mira como si apenas pudiera entender lo que dice. Sin embargo, la cháchara del ejecutivo cumple una inesperada función. Consigue que ella rompa la concentración. Y William vuelve a ser dueño de sus actos.
William Whitehouse (ND): Maldita escoría... (recuperando la pistola) ¡Muere!
Aprieta el gatillo varias veces. Una décima de segundo antes, el señor Park parece ver las intenciones de William e intenta tirar al suelo a la vampiresa. Sin embargo, su fuerza es mayor de la que el propio Park puede imaginar. Cuando las balas atraviesan la carne muerta de Drusilla, ésta parece más indignada por la osadía de Park al tocarla que por el hecho de haber sido tiroteada…
Drusilla (ND): Tu… (agarra por el cuello a Gavin) Me has tocado… (comienza a apretar) Me. Has. Tocado.
William contempla la escena. Por un segundo, duda. Ese ejecutivo intentó venderlo a esa vampiresa. A ese monstruo que parecía dispuesta a cumplir con el trabajo que dejó pendiente años atrás. Por un segundo, William se plantea la idea de salvar a Gavin Park. Quien sabe… puede que lo hubiera hecho.
Es entonces cuando se comienzan a escuchar los helicópteros. Dos aparatos aparecen tras las colinas que rodean el aeródromo. Los dos van equipados con focos halógenos que rasgan la oscuridad de la noche. Mientras uno revolotea sobre Drusilla, el otro se centra en perseguir a William.
Sin dudar, el joven agente de La Iniciativa se incorpora y arranca a correr. No sabe quien bajará de esos helicópteros. Sean de Wolfram y Hart o de la propia Iniciativa, William sabe que lo mejor es aprovechar la distracción y huir. Huir lo más rápido posible.
El helicóptero trata de seguirlo con el foco halógeno. Sin embargo, cuando William logra poner sus manos en una de las motos dejadas por los vampiros motoristas, no tarda en internarse en la noche, perdiéndose en la oscura carretera interestatal.
Mientras siente el viento en su cara, William intenta poner en orden sus pensamientos. No puede dejarse atrapar por Wolfram y Hart. Y tampoco puede ponerse en contacto con La Iniciativa. No sin saber a qué atenerse. Gavin Park dijo muchas cosas y la mayor parte de ellas habían acabado siendo mentiras. Pero… ¿y si entre tanta farsa había algo de verdad? ¿Y si, tal y como le había dicho, la nueva directiva de La Iniciativa le había considerado un traidor?
Para cuando la moto se quedó sin gasolina, el sol comenzaba a surgir por el horizonte. Sin dinero, habiendo dejado la moto oculta entre las lomas desérticas del desierto, William se dispuso a probar suerte con el autostop. Aun no sabía qué hacer. Lo único seguro era que no podía dejarse coger.
Era hora de pasar desapercibido… algo que siempre se le había dado muy bien.
CONTINUARÁ...
3 comentarios:
Estas hecho un fuera de serie, que barbaridad de curro, bueno bueno, ya veremos el ultimo ^__^
Pobre Billy...Drusilla te quiere pillar...que futuro mas negro que tienes :P
Advertencia: el último SÓLO debería leerlo Edu (que interpretó a Gavin en la partida) O quizá también podría leerlo Mario... El resto no deberían leerlo porque contiene peligrosos SPOILERS.
Por lo demás, gracias por los comentarios. Lo cierto es que ayuda el estar de vacaciones... y que la partida quedó bastante bien, la verdad...
eiiiiiiiiiiiii, me ha gustado el final.... "pasar desapercibido"... crack, que eres un crack...
mencion especial, merece el Sr. Park... que toco a drusila en el momento justo... gracias tio ;P
Publicar un comentario