lunes, 8 de septiembre de 2008

P.O.V. - DANNY DALTON y FRED "FESS" FESSTER (Sesión 06-09-08)

ANTERIORMENTE, EN "NEVERFIELD"...
Danny Dalton: A ver si lo he entendido... Tenemos que colocar un poste metálico como éstos en cada uno de los puntos que rodean el condado de Neverfield y vigilar que esa luz verde no se pone roja. ¿Es eso? Venga, vale. ¿Dónde está la trampa, profe?

CUATRO JÓVENES EMBARCADOS EN UN EXPERIMENTO SIN CONTROL...
Leonard Powell: Un Neverfield con vampiros. Vale. Un Neverfield controlado por militares. De acuerdo. Pero... ¿un Neverfield donde Friki-Fess está liado con la segunda tía más buena del condado?

UN VIAJE A TRAVÉS DE DIMENSIONES ALTERNATIVAS...
Danny Dalton: El profesor Vanister de Witchfield me advirtió del poder de eso… Porque es algo más que un libro, os lo puedo asegurar.

INFINITOS MUNDOS POSIBLES...
Danny Dalton: Ni de coña. No pienso dejar que nos encierren o algo parecido. Y menos dejar ésto (muestra el Libro) en malas manos…
Fred "Fess" Fesster: Yo voy contigo, Danny.

... Y UN ÚNICO CAMINO DE VUELTA A CASA.

Episodio 2x01.- TWINFIELD (Parte 1)

Fred "Fess" Fesster no podía seguir su ritmo.
Era imposible: Danny no sólo era físicamente superior; además conocía aquella montaña como la palma de su mano. Se deslizaba por los terraplenes de la montaña con la facilidad de quien lo ha hecho infinidad de veces. Y eso que llevaba consigo el pesado Libro de las Sombras.
Haberlo dejado arriba les habría permitido ir más deprisa, claro.
Pero aun no estaba claro que ése fuese su auténtico mundo. Lo parecía, desde luego. Fred no estaba del todo convencido y a Danny aquello le daba igual: fuera su mundo o no, para él era una amenaza. Y no iba a dejar que nadie pusiera las manos encima de ese libro… no sin antes haber encontrado una forma de destruirlo.

Había pasado una hora desde que dejaron en la cima de la mina a Leonard y al profesor Vanister junto a un inconsciente Ben Braddock y al teniente Russell T. Dalton (la nueva incorporación de su peculiar familia de exiliados dimensionales) El equipo de búsqueda que había aparecido ya les habría encontrado. Danny y Fred consiguieron esquivar a los jornaleros que rastreaban los bosques circundantes a la mina.
Y finalmente, siguiendo la carretera interestatal y con la luz del atardecer, Danny y Fred llegaron a un merendero.

Fred "Fess" Fesster (agotado): No puedo más… (se deja caer sobre uno de los bancos del merendero, apartando la basura que hay allí amontonada)
Danny Dalton: No tenemos tiempo para descansar, Friki "Fess". Tenemos que esconder este maldito libro antes de que nos carguemos nuestro mundo como hicimos con otros…
Fred "Fess" Fesster: Pues creo que tengo buenas noticias, Danny… (le muestra uno de los periódicos que hay entre la basura) No creo que éste sea nuestro mundo.

Danny Dalton contempla el titular: "SEGUNDA SEMANA DE BÚSQUEDA: Sin rastro de LOS NIÑOS PERDIDOS." Y en portada, las fotografías de los desaparecidos: Marcus Vanister junto a cuatro chicos: Leonard Powell, Fredderick Fesster, Daniel Dalton…
...y Benjamin Braddock.

Pero la sorpresa no dura mucho tiempo: antes de poder tomar una decisión sobre qué hacer, el sonido de un motor acercándose les obliga a esconderse entre la maleza. El vehículo que entra en el merendero es una furgoneta azul. Y de ella baja una hermosa chica morena, de rasgos entre indios y latinos. Viste ropa vaquera y habla por el móvil.

Nora Thompson (TW): Si, papá… (recogiendo la basura acumulada en los bancos del merendero) Dios, tendrías que ver como lo han dejado todo esos cerdos del equipo de búsqueda. Tienes que hablar con Sam Wayne y los suyos. Si… ya sé que son labores de rastreo y que son voluntarios. Papá, mi novio es uno de los desaparecidos, ¿vale? Soy la primera que les agradece eso, pero…
Danny Dalton (habiéndose acercado por su espalda): Hola, Nora… (sonríe) ¿Me pones una cerveza?

Nora se da la vuelta. Y apenas puede articular un "te llamo luego" antes de colgar.

Tiene que pasar un tiempo para que el cerebro de Nora parece empezar a reaccionar ante la sorpresa. Para cuando lo hace, han pasado veinte minutos y está al volante de la furgoneta, conduciendo a lo largo de la carretera que sigue la ruta del río Spring.
A su lado, Danny y ese otro chico, otro de los desaparecidos, Fred Fesster.

Nora Thompson (TW): Así que… (conduciendo) pretendes que me crea que tras la clase con Vanister, te escapaste a Las Vegas. Y que una vez allí, descubriste que Fred te había seguido. ¿De verdad pretendes que me crea eso?
Danny Dalton: Mira, Nora. Yo no pretendo nada, ¿vale? Tan sólo…
Nora Thompson (TW): Ahora mismo vamos a ver a mi padre, ¿de acuerdo? A él seguro que podéis contarle donde están Ben y los demás. Y…
Fred "Fess" Fesster (percatándose de que hay algo en la carretera): Nora, ¡cuidado!

El aviso de Fred llega justo a tiempo: Nora reacciona, esquivando en el último momento a un despistado ciclista que había aparecido de entre los bosques. Con la furgoneta cruzada en la carretera, el ciclista se aproxima a la furgoneta. Y esta vez la sorpresa es para nuestros amigos…

Nora Thompson (TW): Joder, he estado a punto de… (hace ademán de bajar) ¡Eh! ¿Se encuentra bien?
Danny Dalton: Eso no es buena idea, Nora. Joder, ¡larguémonos de…!
Billy Whitehouse (TW): ¿Da-dalton? ¿Danny Dalton?
Danny Dalton y Fred "Fess" Fesster (mirando por la ventana de la furgoneta al chico que han estado a punto de atropellar) ¿Billy?
Billy Whitehouse (TW): Joder…
Danny Dalton (reaccionando por instinto): ¡Nora, pisa el acelerador!

Y Nora, sin poder reaccionar aún, obedece su orden sin pensarlo mucho. Justo a tiempo, pues del bosque comienzan a salir otros componentes del equipo de búsqueda con el que trabajaba Billy Whitehouse. Nora sigue conduciendo, dejando a todos atrás.

Danny Dalton: Muy bien, Nora. Ahora llévanos a un lugar apartado. Hay algo…
(Con un tremendo frenazo , Nora detiene la furgoneta)
Nora Thompson (TW): Ni hablar, Danny. (quita las llaves del contacto) Quiero saber lo que pasa. Ya.
Danny Dalton (tras un segundo sopesándolo): Muy bien… Friki "Fess", haz los honores. Explícaselo todo. (sale de la furgoneta) Me vendrá de coña un cigarrillo.
Fred "Fess" Fesster: Bueno… Pues lo que nos ha pasado… (tras unos segundos tensos, buscando una forma de empezar) Dime… ¿has leído "Días del Futuro Pasado", de la Patrulla X?

A través del parabrisas de la furgoneta, Fred gesticula mientras habla. Incluso le muestra a Nora el teclado de la "Alfombra Mágica". Danny contempla la cara de Nora. Conoce esos gestos de incredulidad. Ella los alterna con fugaces miradas a Danny, a las cuales el responde con un leve asentimiento de cabeza: un gesto que viene a decir… "Si, nena: viajeros de otra dimensión. Créetelo."

Cuando Nora termina de escuchar la historia de Fred, permanece un minuto completo en silencio. Y acto seguido baja del coche. Mira a Danny, buscando una respuesta que no va a tener. Todo es cierto. Y, por ridículo que suene, Nora intuye que Fred no ha mentido.

Esta a punto de preguntar por Ben cuando la voz del joven friki la interrumpe.


Fred "Fess" Fesster (saca la cabeza por la ventanilla): ¡¡Danny!! (señala al otro extremo de la carretera) ¡¡El FBI!!
Danny Dalton (viendo llegar por el otro lado el todoterreno de Billy Whitehouse): Y por el otro lado, el bueno de Billy… ¡hora de irse!
Nora Thompson: Pero…
Danny Dalton (poniéndose al volante): Lo siento, Nora. (pone en marcha la furgoneta) ¡Te la devolveré!

Danny arranca el vehículo y, levantando una bonita polvareda, pone la furgoneta a todo gas. Sin más opciones, el único camino para salir de allí es a través del centro de la ciudad. Sea su mundo o no, eso no importa: se parece lo bastante como para saber manejarse por sus calles. Callejea, pega varios frenazos e incluso llega a meterse en la acera un par de veces… Danny conduce como el diablo y consigue atravesar el centro de Springfield en un tiempo record: incluso teniendo que evitar la Plaza Lincoln, cuyo acceso parece estar cerrado al tráfico.

Finalmente, con el cielo púrpura de la tarde, la camioneta de Nora lleva a Danny y Fred hacia el norte. Las calles del centro dejan paso a las zonas de granjas y, poco a poco, a las montañas. Incluso ven pasar el cartel de "Esta usted abandonando Springfield. ¡Vuelva pronto!"
Sin embargo…

Fred "Fess" Fesster (viendo el todoterreno tras sus talones): Nos siguen.
Danny Dalton: Lo sé. Es Billy Whitehouse. Joder… No quiero meterlo en esto.
Fred "Fess" Fesster (viendo la sangre fluir por los orificios nasales de Danny): Danny… tienes algo en la nariz…
Danny Dalton: ¿Qué…? (mira Fred… ¡y la nariz de éste también parece un surtidor carmesí) Joder, Friki "Fess". ¡Tu también!
Fred "Fess" Fesster: ¿Yo también…? (lo comprueba y, de repente, siente un súbito mareo) Oh, no… No…
Danny Dalton (conduciendo y, al tiempo, viendo como su compañero comienza a perder el conocimiento): ¿Friki? ¿¡Friki!?

Y entonces, Danny lo ve. Por el espejo retrovisor. El todoterreno de Billy parece haberse salido de la carretera: sus amortiguadores aguantan lo justo para estamparse contra uno de los postes del cableado telefónico. Éste cae pesadamente sobre el vehículo. La gasolina, el calor del verano y las chispas de electricidad hacen el resto…

Danny Dalton (frenando la furgoneta): Joder… Billy. (derrapa y da media vuelta) No vamos a dejarte ahí, colega…

Pero antes de que la furgoneta llegue a detenerse junto al todoterreno (ahora envuelto en llamas), la figura de Billy Whitehouse se interpone en su camino. Danny frena y mira a un desconcertado Billy a través de la ventanilla.

Danny Dalton: ¿Estás bien?
Billy Whitehouse (TW): S-si…
Danny Dalton (viendo cada vez más débil a Fred): Vale. Pues sube a la parte de atrás. Volvemos a Neverfield.

El cielo es ya de un azul nocturno tan oscuro que se pueden empezar a ver las estrellas. Danny frena a pocos metros después de dejar atrás el cartel de "Esta usted entrando en Springfield. ¡Bienvenido!"

Danny Dalton (comprobando que Billy está mejor): Joder, me has dado un susto de muerte, Friki… ¿Qué cojones ha pasado?
Fred "Fess" Fesster: No estoy seguro, Danny. Pero… bueno, es posible que…
Danny Dalton: Joder, dilo ya, friki…
Fred "Fess" Fesster: Es posible que los saltos que hemos dado hayan creado un efecto de resonancia. Como las ondas en un estanque, ¿vale? Y ahora…
Danny Dalton: No me jodas… ¿Me estas diciendo que no podemos salir de este jodido pueblo? ¡¿Qué he sobrevivido a vampiros, psíquicos, quemadores de brujas y que ahora que hemos llegado a casa no puedo salir de este jodido pueblo?! ¿¡¡ES ESO!!?
Fred "Fess" Fesster: Mira, yo sólo te digo que si éste es nuestro mundo…
Danny Dalton: Espera… (se da la vuelta y encara a un asustado y alucinado Billy, el cual ha sido testigo de toda la conversación) ¿A quiénes están buscando, Billy?
Billy Whitehouse (TW): Pues… A Ben Braddo…
Danny Dalton (interrumpe): Suficiente. (se gira a Fred) No estamos en casa, Friki. Definitivamente.

La conversación entre Danny y Fred pasa del posible fenómeno cuántico a un problema más inmediato: el Libro de las Sombras. Saben que no pueden estar huyendo durante mucho más tiempo (no con el FBI, la policía y prácticamente todo Springfield rastreando la zona). Y saben que no pueden dejar el Libro en manos de cualquiera.

Danny Dalton (mirando a Billy): Creo que tengo una idea…

Pasan veinte minutos y la noche cae sobre la zona conocida como North Fields. Allí es donde los tíos de Billy tienen su granja. A unos cien metros, Danny detiene la furgoneta.

Danny Dalton: Ten mucho cuidado con eso, Billy (señalando el Libro de las Sombras, debidamente envuelto en un saco y atado) Escóndelo. Y mantenlo lejos de todo el mundo. Incluso de ti mismo, ¿de acuerdo? Volveré a por él.

La furgoneta se aleja dejando a Billy con el pesado ejemplar entre los brazos. Fred lo ve a través del espejo retrovisor. Y luego mira a Danny: no cree que haya sido buena idea. Pero no quiere discutir. Está agotado, hambriento… y en el fondo se alegra de que por fin vayan a entregarse a la policía.

Danny aparca la furgoneta en uno de los primeros accesos al centro del pueblo. No hay mucha gente en la calle a estas horas. Pero los pocos que hay se detienen en cuanto les reconocen. Danny y Fred aprietan el paso a medida que se aproximan al corazón mismo de Springtown.
Sin embargo, cuando llegan a Lincoln Square, lo que encuentran les deja sin habla.

Danny Dalton: Joder…
Fred "Fess" Fesster: Claro. Por eso estaba cortado el acceso…

Ante ellos, cubriendo todo el centro de la plaza, se ha montado una enorme carpa en la que se pueden ver distintivos del FBI. Incluso de noche, hay focos iluminando la zona y al menos una veintena de agentes van de un lado para otro, entrando y saliendo de la carpa.

Pero eso no es lo peor.

Lo peor es la treintena de furgonetas y coches diversos con logotipos de canales de noticias y emisoras de televisión. Un pequeño ejército de periodistas que llevan casi dos semanas esperando alguna clase de pista y que ahora se encontraban contrastando sus notas sobre el reciente hallazgo de varios de los desaparecidos.
Imaginad sus caras cuando, de una de las calles adyacentes, aparecen los dos últimos "niños perdidos".

Fred "Fess" Fesster: Vaya… Nos han visto.
Danny Dalton: Corre, Friki. ¡Corre!

Y una auténtica estampida de periodistas ruge tras ellos.

Dentro de la comisaría de policía, el ajetreo es bien distinto. Hay varios agentes del FBI haciendo llamadas a Washington y Los Ángeles. Incluso los agentes locales están desbordados de trabajo.

Agente McNamara (TW) (contándoselo a dos compañeros más): Pues sí, colegas. Estaban en el cobertizo, ¿vale? Y entonces…
Sheriff "Rayo" Thompson (TW) (por teléfono): Muy bien, explícamelo otra vez, Nora… ¿Qué ha pasado con la furgoneta?
Agente Deveraux (TW): Esperad… ¿Qué es ese jaleo?
Agente McNamara (TW): Juraría que viene de fuera…

Las puertas de la comisaría se abren súbitamente. Dos figuras irrumpen de forma accidentada y, nada más entrar, cierran las puertas, pegándose a ellas como si así pudieran contener la marabunta que se les viene encima.

Todos los agentes, policías o federales, contemplan atónitos a los dos chicos que acaban de entrar. Jadean completamente agotados y tienen el aspecto de quien ha estado peleando con un tigre durante días. Pero, pese a todo, no hay duda: son dos de los chicos cuyos rostros muestran los cientos de carteles que, como las paredes de esa comisaría, decoran cada rincón de Springfield.

Danny Dalton: Sheriff, no se lo diga a nadie… (jadeando) Pero creo que nos siguen.

CONTINUARÁ…

1 comentario:

Darrell dijo...

lo juro, no he leido nada, solo he visto la foto... arrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr.....