domingo, 7 de septiembre de 2008

P.O.V. - MARCUS VANISTER (Sesión 06-09-08)

ANTERIORMENTE, EN NEVERFIELD...
Marcus Vanister: Creo que nuestra prioridad es reparar la "Alfombra Mágica" y regresar a nuestro mundo, procurando no alterar aún más el curso de los acontecimientos de esta realidad paralela…

CUATRO JÓVENES EMBARCADOS EN UN EXPERIMENTO SIN CONTROL...
Danny Dalton: ¡Joder, Profe! Dimos el salto donde usted dijo. ¿Qué cojones ha salido mal?
Profesor Vanister (justo antes de morir acribillado): Un momento… ¡Claro! ¡Eso es! ¡Ya sé cómo regresar!

UN VIAJE A TRAVÉS DE DIMENSIONES ALTERNATIVAS...
Ben Braddock (NE): ¿Y ahora, profesor?
Marcus Vanister (NE): Señor Braddock, ahora buscaremos la forma de salir de este mundo. Ahora, nosotros somos el elemento ajeno y podríamos provocar alguna clase de desastre.

INFINITOS MUNDOS POSIBLES...
Agente John Ortega (interrumpe y pone las esposas a Vanister): Las manos a la espalda, profesor.

... Y SÓLO UN CAMINO DE VUELTA A CASA.

Episodio 2x01 – TWINFIELD (Parte 1)

Universo Neverend.
Hace cinco años y seis meses.


Marcus Vanister no puede dormir.
Son las dos de la madrugada. Afuera, la banda sonora nocturna de Los Ángeles: sirenas de policía, los ladridos del molesto perro del vecino… Algunas velas iluminan su pequeño apartamento. Su luz titilante y los recipientes vacíos de comida china le recuerdan a Marcus la noche romántica que ha compartido con la mujer que dormita en su cama. Sabe que no está bien: bastaría el hecho de que Rayna fuese su ayudante de laboratorio para saber que tener una aventura con ella es un error.
Pero además, Rayna es su alumna más brillante. Rayna ha cumplido los veintiuno hace dos semanas. Rayna puede ser (lo será) el motivo por el que lo expulsen de la Facultad…

Los pensamientos de Marcus vuelven a fijarse en los papeles que cubren su escritorio: los viejos apuntes de su padre. Los que encontró ocultos en "Margaret". Los diseños de una máquina para viajar a través del espacio de forma instantánea. Rayna no opina lo mismo, claro: sus teorías, como de costumbre, son más "varguandistas".
Mundos alternativos. Realidades paralelas.
Claro. Cuentos de hadas, más bien…

Marcus acaba de probar el primer sorbo de su café nocturno cuando su teléfono suena. No quiere despertar a Rayna y, con las prisas, deja la taza sobre los apuntes, manchándolos levemente. Maldice mentalmente mientras responde a la llamada.
Es Evan Foster, el director adjunto del Consejo de la Facultad. Que llame de madrugada no puede ser nada bueno.

Por un instante, Marcus hace una profecía mental: los del Consejo han rechazado su petición de más fondos para el proyecto "Alfombra Mágica".

Sin embargo, las noticias son aún peores. La voz de Foster se escucha entre el sonido de fondo, posiblemente un pub nocturno: hay un rumor que circula entre los miembros del Consejo. Un rumor sobre Marcus y una de sus ayudantes de laboratorio.

Evan Foster (por teléfono): El consejo se reúne mañana, Marcus. Y tengo que saber la verdad… ¿es cierto? ¿Tu y Rayna…?

La mente de Marcus viaja pareja a sus ojos, que pasean por la habitación. Sus pensamientos van del proyecto a la joven que dormita en su cama. No puede permitirlo. Ella es brillante. Llegará lejos. Si habla, no sólo se hundirá él: se hundirán ambos.

Marcus Vanister: Mañana a primera hora tendrás mi dimisión, Foster.

Los intentos de Foster por conseguir una respuesta clara sobre el rumor caen en saco roto: Marcus ha tomado una decisión. Dejará la universidad. Dejará Los Ángeles. Dejará a Rayna. Cuelga el teléfono y vuelve a su escritorio: allí, entre los papeles de su padre, hay una carpeta con informes. Al parecer su padre mantuvo correspondencia con una influyente familia de un pueblecito llamado Springfield.
Y por lo que ha leído últimamente, hay una vacante como profesor de ciencias.
Dar clases a una panda de adolescentes hormonados… la idea es aterradora.

Entonces, los ojos de Marcus se posan de nuevo en los papeles de su padre. Y algo sucede. Rayna lo llama "la magia": el momento en que todos los cálculos encajan. Cuando la incógnita se resuelve. Cuando hay algo, una señal venida de ninguna parte, que te permite encontrar el camino…

Y esa señal estaba ahí. El fallo en la ecuación, la pieza que no encajaba del puzzle…
…rodeada por la marca de la taza de café.


Marcus Vanister: Eso es… ¡Ahí está el problema!

Al día siguiente, Marcus tendría que decir adiós a toda una vida. Pero en ese momento, habiendo dado en el clavo, no podía evitar sonreír como un idiota.

Universo Twinfield.
Cinco años, seis meses y dos semanas después…

Marcus Vanister nota las esposas en sus muñecas. Lleva casi dos horas encerrado en la sala de interrogatorios de la comisaria de policía de Springfield. Nunca había estado allí: tan sólo había pisado el vestíbulo de aquel edificio para cumplimentar registros legales, cuando se trasladó a Springfield.

Sin saber que podría haber sido de Danny y Fred, lo único que Marcus sabía a ciencia cierta era que Leonard y el Teniente Russell T. Dalton habían sido trasladados al hospital. Allí también estaría Ben Braddock. Que hubieran conseguido salvarlo… bueno, eso era distinto. Marcus sintió un escalofrío: si Ben moría… es muy posible que los cargos de secuestro que le imputaban fuesen el menor de sus problemas.
El asesinato lo llevaría directamente al corredor de la muerte.

¿Cómo explicar al FBI que todo había sido producto de un accidente científico? Que habían viajado por mundos alternativos empleando una furgoneta volkswagen. Que éste no era su mundo.

La puerta se abrió por fin y el agente John Ortega entró en la estancia. Con un fuerte golpe en la mesa, dejó una gruesa carpeta sobre ella. La abrió y comenzó a colocar una serie de polaroids ante los ojos de Marcus: en ellas, podían verse las marcas y heridas que había sufrido el joven Leonard Powell en su viaje.

Agente John Ortega (TW): Golpes, cortes… una jodida herida de bala… ¡incluso mordiscos! ¿Es eso? ¿Te gusta morderles?
Profesor Marcus Vanister (NE): No es lo que piensa, agente. Si…
Agente John Ortega (TW): ¿Es esto lo que les hiciste a los otros? (golpe en la mesa) ¿Lo que le hiciste a Ben Braddock? (golpe en la mesa) ¿Qué les hiciste, cabrón?
Profesor Marcus Vanister (NE): Su… supongo que tengo derecho a…

"Un abogado". Ese iba a ser el final de su frase. Pero antes de pronunciarla, otro de los agentes del FBI entró en la habitación y susurró unas palabras al oído de Ortega. Y éste fue quien dijo en voz alta…

Agente John Ortega (TW): ¿Un abogado? (mirando a Marcus) Tiene suerte: su abogado ya está aquí…

Marcus ni siquiera tenía abogado contratado en su propio mundo. Pero… ¿lo tenía en este? Aun se lo preguntaba cuando apareció por la puerta un joven de aspecto cadavérico, piel muy pálida, rubio de pelo corto y engominado. Su traje azul oscuro acentuaba su aspecto lánguido y apagado.

Abogado Steele (TW): ¿El Señor Marcus Vanister? Goodwin Steele, de "Wolfram & Hart". Sabemos que nunca ha tratado con nuestro bufete. Pero nuestros servicios han sido contratados por una tercera persona y dicha persona corre con todos los gastos.

La verborrea legal del joven abogado venía a decir que, en efecto, Vanister se veía en una situación complicada: todo apuntaba a que, como único adulto desaparecido, las sospechas de secuestro y agresión podrían convencer a cualquier jurado de su culpabilidad. Por suerte el tecnicismo apropiado, permitiría a un abogado sagaz sacarlo de forma limpia y rápida. Sin cargos.

Sin embargo…

Abogado Steele (TW): Me temo que la persona que ha contratado nuestros servicios requiere algo en compensación.

Steele abrió su pequeño maletín y mostró a Marcus su contenido. Éste no necesitó ni treinta segundos para reconocer los papeles: eran los apuntes de su padre. Los diseños originales de la "Alfombra Mágica".

Abogado Steele (TW): Industrias Powell está interesada en su talento como científico e ingeniero. Están dispuestos a pagar su billete a la libertad, por cortesía de nuestro bufete, a cambio de que firme un acuerdo de trabajo con Industrias Powell. Aquí… (poniendo el contrato sobre la mesa) Sobre la línea de puntos, si es tan amable.

Era un contrato vinculante: Marcus había visto muchos así durante sus años en la facultad. Había muchas historias sobre científicos que vieron sus vidas arruinadas por haber incumplido uno de esos contratos. Sus ojos pasaban de los apuntes de su padre a la línea de puntos de aquel documento legal.

Y entonces, Marcus se dio cuenta. La mancha de café. No estaba.
Eran los apuntes de su padre… y al mismo tiempo no lo eran.
Mundos alternativos, como dijo Rayna. Realidades casi idénticas.
Haciendo hincapié en el "casi".

Marcus sonrió mientras firmaba el contrato. Goodwin Steele le devolvió una mueca que, para él, posiblemente era una sonrisa amable.

Goodwin Steele (TW): Una sabia decisión, señor Vanister. (recoge sus cosas y abre la puerta) ¿Agente Ortega? (le entrega unos documentos) Esta orden judicial me autoriza a llevarme a mi cliente…
Agente John Ortega (TW): Pero… (leyendo la orden y sin dar crédito a sus ojos)… No es posible.
Goodwin Steele (TW): Me temo que sí. Hasta el juicio, mi cliente permanecerá bajo vigilancia legal, bajo arresto domiciliario… Industrias Powell se ha ofrecido desinteresadamente a costear todo el procedimiento, habilitando para ello sus instalaciones en Springfield.
Agente John Ortega (TW): Esto no se queda así… (mientras ve como los agentes del FBI se ven obligados a quitar las esposas de Marcus) Ese hombre es culpable.
Goodwin Steele (TW): Eso… lo decidirá el juez. Hasta entonces… es responsabilidad de Powell Incorporated.

CONTINUARÁ…

4 comentarios:

Argenis dijo...

Muy bien contado, muy, muy interesante tío... me ha enganchado el primer capítulo de la segunda temporada...

Darrell dijo...

jooooooooooooooooo, no poder leer, no poder leer :(

Preacher dijo...

Muchas gracias, Arg! :)

A ver si cuando te bajes por Cadiz con Margariten, hacemos una sesion de fotos con los protas reales de la serie, ¿no?

Preacher dijo...

Por cierto, el de la foto es el actor Giovanni Ribisi, el cual es quien encarna a Goodwin Steele.